La operación antidroga contra los narcos del campo de Gibraltar dirigida desde Ourense desde febrero se ha saldado finalmente con la detención de 21 personas en Algeciras y San Roque. A esta última localidad de Cádiz se ha inhibido el juez de Instrucción 2 de As Burgas, Luis Doval, atendiendo al criterio del fiscal provincial antidroga, Miguel Ruiz, para que la instrucción continúe en Cádiz para respetar la competencia territorial. De los 21 detenidos, 17 están presos preventivos en cárceles gallegas de tres provincias: 4 en Pereiro, 7 en A Lama y 6 en Teixeiro. Según la investigación, los implicados introducían en España por vía marítima "importantes partidas de hachís" procedentes del norte de Marruecos, usando embarcaciones tipo planeadoras. Además se dedicaban al robo de droga -'vuelcos'- en los almacenes 'guarderías' de otras bandas -según el argot-, vestidos como guardias civiles, así como haciendo trabajos por encargo como secuestros y extorsiones.

El caso bautizado como "Burga-Justel" descubrió nexos entre varios casos de drogas registrados en Ourense hace meses con traficantes del área de Gibraltar. Las pesquisas y las escuchas permitieron detectar una organización que presuntamente utilizaba planeadoras para introducir hachís desde Marruecos. Cayeron detenidos en San Roque en un intento de "vuelco", un robo de droga a bandas rivales en sus almacenes, conocidos como "guarderías" en el argot. Los delincuentes iban ataviados como agentes antidroga del instituto armado, llegaron en caravana de cinco coches como si acudieran a una redada, llevaban armas largas y una maza a modo de ariete en la puerta, entrando al grito de "Guardia Civil".

Agentes de élite, pero de verdad, los esperaban y los apresaron. Tras percatarse de la presencia de un helicóptero de la Guardia Civil, se introdujeron en los vehículos y emprendieron la huida a gran velocidad, haciendo uso de las armas de fuego y tratando de embestir a agentes desplegados. Pero 18 fueron detenidos esa madrugada. Posteriormente cayeron otros tres miembros de la organización.

Ese "vuelco" destapado en las escuchas precipitó las detenciones. El juez de San Roque rechazó recibirlos pese a que los detenidos fueron trasladados a su juzgado. Interior se vio obligado a diseñar un complejo operativo, que incluyó pernoctaciones en Madrid y la cárcel de Pereiro, para llevar a la banda ante el juez de Ourense, a 1.000 kilómetros, con un blindaje policial sin precedentes en esta ciudad. Más de setenta agentes protegieron el edificio para evitar altercados. La banda es considerada peligrosa.

Guardia Civil y Vigilancia Aduanera trabajaron de la mano, con un peso importante de los agentes de la Comandancia de Ourense. En la operación, los investigadores se incautaron de los cinco vehículos usados por los delincuentes, además de chalecos identificativos y otras prendas con el logotipo 'Guardia Civil EDOA' -Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas - así como de varias armas de fuego, tanto reales como simuladas.

A los investigados se les atribuyen los presuntos delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas, usurpación de funciones públicas, allanamiento de morada o tentativa de robo con violencia.