-La crisis afectó también de forma muy directa al sector de la moda ¿se superó?

-Esa famosa crisis que dicen que ha pasado es mentira. Sigue hay, aunque no se hasta que punto se acentúa día a día. Además, la mediocridad, que es una expresión que ahora se utiliza mucho, nos tiene apretados en todos los niveles. Es cierto que no regresamos a la situación anterior, pero la realidad es que durante ese tiempo el nivel de consumo descendió y los recursos de la gente también disminuyeron. La crisis afecta a todos los sectores, y a la moda en particular, nos afecta de una forma clara y rotunda, toda vez que no es imprescindible; los armarios están llenos en cada casa y se tiene otras necesidades. Parecía que se estaba remontando pero lamentablemente vemos que no es así. Seguimos afectados porque hay un decrecimiento de los ingresos en la gente, que obviamente no tiene para todo, y la moda sí que lo siente.

-Se siente un superviviente.

-Seguro. Esa crisis la pasamos con nota Las circunstancias negativas siguen, por lo que debemos seguir haciendo el esfuerzo de trabajar y de poner el máximo sentido común y talento posible, pues la verdad es que el entorno no nos favorece. Además, reconozco que vuelvo la mirada a atrás, y muchos de mis colegas que ya no están, valoro la fortuna que tuvimos de no habernos extinguido en el tiempo. No podemos quedar con lo s brazos cruzados.

-¿Cuál es la receta para cerrar la crisis y tener crecimiento? ¿La referencia es Portugal?

-Los portugueses defienden una teoría que considero clave, como es la de las tres tes: trabajo, trabajo y trabajo. No hay otra receta. Y si los recursos se tienen que repartir, que se haga, pero trabájese, de lo contrario estamos repartiendo miseria y dejando de crear riqueza. En definitiva, es lo que están intentando hacer los portugueses con muy buen acierto.