Desde mediodía de ayer, y hasta bien entrada la noche, el Campo da Feira de Ourense, lugar de cita habitual para degustar el "pulpo á feira", fue en realidad la embajada de Venezuela en la ciudad de As Burgas, gracias a "La Feria de la Chinita", una cita organizada por la amplia colonia de emigrantes venezolanos residentes en Ourense, la más numerosa de vecinos de otros países que hay en esta provincia. La mayoría de estos venezolanos afincados en Ourense llegaron en los últimos meses o años, huyendo del régimen actual y de la crisis económica que afecta a su país.

Esta feria coincidió en fechas con la que se celebra en Maracaibo, para honrar y festejar a "La Virgen de la Chinita", una advocación mariana que tienen millones de seguidores en su país. La Feria de La Chinita se celebra cada año durante ocho días, desde el 11 hasta el 18 de noviembre, en la ciudad venezolana de Maracaibo y se extiende a otras localidades del Estado Zulia.

Espantar la nostalgia

Así que para espantar esa "morriña", de la que tanto saben los gallegos que hace unos años hicieron el camino inverso de España a Venezuela, ayer estos venezolanos afincados en Ourense, muchos ya con hijos nacidos aquí, optaron por todo tipo de música, desde la zumba, al merengue o el riquísimo ron de su país, las arepas y decenas de platos típicos, realizados en el propio Campo da Feira de Ourense. Fueron los ingredientes para que los cientos de participantes despejaran por unos momentos la nostalgia que sienten por su país.

La fiesta comenzó como se celebra en Maracaibo, con una oración y ofrenda a la Virgen de la Chinita, y a a continuación todo tipo de citas musicales, cargo de Queixumes dos Pinos, con la actuación de Michael Cortez y Misael Sánchez, Djs, y si en una cita que no paró en las nueve horas interrumpidas de fiesta hubo también elección de su propia reina de la fiesta, una tradición tan venezolana, y muchos recuerdos y sueños comunes: poder volver algún día a su país.