La diócesis de Ourense obtuvo el pasado año un total de 7,6 millones de euros de ingresos, el 48,58% de los cuales (es decir 3,7 millones de euros), se obtuvieron a través del IRPF. Pero para poder cuadrar su balance anual, la Iglesia ourensana precisó de la ayuda del Fondo Común Interdiocesano, es decir de la aportación que le hizo la Conferencia Episcopal Española, detrayendo fondos de otras parroquias del Estado con superávit para traspasárselos a Ourense. El motivo ha sido la caída global, en los últimos años, de las aportaciones de contribuyentes ourensanos: solo el 35% marcaron la casilla de la Iglesia en su declaración de la renta, lo que supuso poco más de 975.000 euros por este concepto.

Son "a grosso modo", datos de la memoria de actividades de la diócesis de Ourense en 2017, que fue presentada ayer por el obispo Monseñor Leonardo Lemos y por Raúl Alfonso González, delegado episcopal de Economía. El objetivo principal era "mostrar con total transparencia nuestras cuentas, que han sido realizadas por el equipo económico diocesano, pero que además, fueron auditadas luego por una empresa externa", declaró Leonardo Lemos. "Queremos que se sepa todas las labores y servicios que prestamos con ese dinero", apuntó el obispo.

La memoria lo cuenta todo de forma detenida: no solo la asignación tributaria y el balance de ingresos y gastos, sino también la exhaustiva labor pastoral, educativa, evangelizadora, caritativa y de asistencia social, esta última la que presta entre otras entidades Cáritas en multitud de frentes abiertos de ayuda a los necesitados.

Lo primero que demuestra la memoria de actividad es que el balance de cuentas es deficitario, pues frente a los 7.619.812 euros que ingresó la diócesis el año pasado, el balance de gastos fue de 7.981.498 euros , es decir que el resultado es de -361.686 euros, que según explicó el delegado de Economía "se fueron cubriendo con fondos de tesorería".

Ingresos

En lo referente al capítulo de ingresos, de los 7.619.812 euros que recibió la diócesis, además de los mencionados 3,7 millones que llegaron a través del IRPF (el 48,58% del total), la segunda fuente de ingresos fueron los 3.317.308 euros (43,54% del total) que se recaudaron a través de las parroquias, colectas ordinarias, servicios religiosos, donativos y otras cuotas por servicios prestados a los fieles.

La tercera fuente de ingresos económicos de la diócesis fueron, a mucha distancia, los arrendamientos, subvenciones e ingresos financieros, que alcanzaron los 215.759 euros (5,46% del total). Las aportaciones directas de los fieles ascendieron a 105.213 euros (1,38% del total). Fueron casi residuales, los ingresos por colectas como los del Día de la Iglesia Diocesana de 42.005 euros (0,55%) o la del Día del Seminario (0,49% del total).

Gastos

Por lo que respeta a los 7.981.498 euros de gastos de la diócesis en 2017, la mayoría (2.858.764 euros) se fueron para acciones pastorales y servicios religiosos, lo que supone un 35,82%.

La actividad caritativa acaparó el 24,93% del gasto, con una dotación de casi dos millones de euros, mientras que en sueldos a sacerdotes y empleados, incluidas nóminas y Seguridad Social se gastaron 1.112.322 euros, lo que significa el 13,94% del capítulo de gastos.

En obras y conservación de inmuebles se gastaron 813.745 euros (10,20% del total de gastos). Otros 663.375 euros (8,31%) fueron para pago de préstamos, y en suministros constan 543.668 euros (6,81%).

Para el delegado episcopal de Economía "está claro que aunque este análisis no viene en la memoria, nuestra preocupación es que seguimos aportando muchos servicios y los ingresos por IRPF no son paralelos", indicó en relación entre otras muchas acciones, como los 988 bautizos; 961 comuniones; 552 confirmaciones o 227 matrimonios realizados el pasado año, o las 344.448 misas oficiadas en 2017.