Verín hizo ayer un simulacro masivo de la "muerte" de su comercio local, con la intención de llevar a cabo una agresiva campaña de concienciación que movilizó unas 300 personas entre empresarios del comercio, servicios y hostelería, representando un posible cierre de locales y sus consecuencias para la villa.

Desde la Asociación de Empresarios de Verín, Aever, apuntan que los comercios sin luz y calles vacías de actividad comercial "impactaron intensamente a los vecinos generando un debate necesario sobre los comportamientos de consumo y las posibles medidas para frenar la crisis".

Apunta que tras meses de análisis de la situación de vulnerabilidad del sector en Verín, "amenazado por hábitos de consumo poco responsables cara al comercio local", el tejido empresarial de Verín llevó a cabo esta representación en la que prácticamente todos los socios de Aever, y unas 300 personas "apoyaron desde el principio esta acción que transformó Verín, como si de una enorme escena teatral se tratara, en una villa con todos los comercios cerrados".

Durante las semanas previas y hasta pocas horas antes, decenas de negocios se fueron uniendo a esta acción, para que la población tome conciencia. Se sumaron supermercados, franquicias, empresas de servicios, hosteleros que participan en el conocido "pinchoxoves", y además el Concello apagó la iluminación de edificios públicos y redujo la intensidad de las luminarias en las calles.

Todo se organizó con mucha discreción por los implicados, para generar sorpresa en la gente, que se encontró desde primera hora de la mañana con escaparates tapados y mensajes unánimes de apoyo al comercio local. El apagado de luces y cierre de negocios a partir de las 19.00 horas generó sorpresa y les mostró los severos efectos de la crisis del comercio local: una villa sin luz, sin escaparates, sin gente paseando, sin trabajo. Y entre las estrategias propuestas para mejorar el sector está la colaboración intersectorial o la innovación tecnológica.