La fiesta del magosto de Cruz Roja en Ourense reunió ayer a más de 150 personas. Fue una convivencia entre generaciones, voluntarios de los distintos proyectos de la institución y usuarios, con el fin de estrechar más los lazos.

Participaron mayores del centro de día y de varios programas, así como niños de las actividades de promoción del éxito escolar y el proyecto de inclusión. También acudieron beneficiarios de clases de español para personas inmigrantes, con el objetivo de que además de aprender la lengua se empapen de la cultura gallega.

La jornada comenzó con una sesión de juegos populares tradicionales -gracias a la colaboración del CIFP Portovello y el proyecto del Centro de Interpretación do Xogo Popular- que incluyó peonzas, juegos con aros, veletas e instrumentos musicales hechos a mano. Queixumes dos Pinos amenizó con su folclore la degustación de castañas, chorizos, empanada y bica.