El Concello presentó ayer en junta de gobierno local el proyecto de "Ordenanza reguladora de la convivencia cívica y la protección de la salud derivada del consumo, venta, publicidad y promoción de bebidas alcohólicas en espacios públicos" , o lo que es lo mismo y más simplificado, la ordenanza del botellón, como se la define popularmente , y con la que prohíbe el consumo de alcohol a menores de 18 años, así como "la práctica del botellón en los espacios públicos", según avanzó ayer el alcalde, Jesús Vázquez. Además, en la vía pública, no estará permitida la venta y consumo de alcohol, salvo en terrazas y veladores.

El Concello convierte así en competencia municipal el control del consumo de bebidas alcohólicas de cualquier graduación en la vía pública y encomienda además la vigilancia a la Policía Local. Claro que todas sus propuestas deberán de pasar por el pleno antes de fin de año y conseguir mayoría de votos para aprobar la ordenanza con apoyo de la oposición.

Hosteleros de la zona histórica, donde proliferan cafés, bares y otros locales nocturnos, indican que "llevamos años cumpliendo normativas similares" pero están a la espera del texto definitivo pues se obliga al hostelero "que lleva años ya dando vasos de plástico a sus clientes a controlar que no salgan a beber en el exterior, cuando sí se permite, tras la ley de tabaco, salir a fumar fuera del local; algo contradictorio ", indica David Paz uno de los hosteleros consultados.

En general, los hosteleros consultados coinciden en que el botellón es "una lacra" para los vecinos, pero prohibir el consumo de bebidas alcohólicas en la calle, mientras se consiente a los que están sentados en veladores, es "incongruente".

La propuesta de "ordenanza del botellón" elaborada desde la Concejalía de Sanidad, que gestiona Sofía Godoy, ha vuelto a causar revuelo entre diferentes sectores de la hostelería y especialmente pubs y locales de copas, pues también responsabiliza en parte a los establecimientos que permiten tomar las bebidas en el exterior de sus locales y no en veladores autorizados, recoge limitaciones y prohibiciones de la publicidad, de la promoción, suministro y venta de bebidas alcohólicas y establece sanciones para los que incumplan las normas que van desde los 601 euros en el caso de las infracciones leves, hasta los 10.517 euros de las más graves.

Según explica este avance de la futura ordenanza el llamado "botellón" queda especialmente prohibido "cuando pueda alterar gravemente la convivencia ciudadana". Esta alteración se produce cuando, con independencia del número de personas concentradas, concurran alguna de estas circunstancias como "que la morfología o naturaleza del lugar público el consumo se pueda hacer de forma masiva por grupos de personas o invite a la aglomeración; que el consumo se exteriorice en forma denigrante para los viandantes y usuarios de espacios públicos; y que implique degradación de espacios públicos, zonas verdes, provoque ruidos o malestar vecinal", dice el Concello. En lo tocante a los espacios privados, también si "existe concentración permanente de personas bebiendo alcohol sin autorización o licencia, se atenderá a lo establecido en la normativa vigente. Los titulares, gerentes, responsables o empleados de establecimientos privados estarán autorizados a solicitar de sus clientes los documentos que acrediten su edad".

Según explicó ayer el alcalde, el proyecto pretende desarrollar "la competencia municipal en el consumo de bebidas alcohólicas de cualquier graduación en la vía pública "para evitar altos índices de consumo, los problemas de convivencia y el potencial deterioro de espacios naturales y urbanos que se derivan de las reuniones masivas de juventud en el espacio público con el alcohol como vehiculizador".

Añadió que "entendemos por espacio público toda la vía pública, zona o área al aire libre o patrimonial del ayuntamiento de Ourense, por lo que la presente ordenanza es de aplicación en todo el término municipal", dijo.

Así que esa actuación preventiva, que debería empezar en los hogares, se centra en el ámbito escolar, familiar, comunitario y sanitario. El Concello también asume "deberes" en esta ordenanza, "como los de facilitar el asesoramiento y orientación; realizar intervenciones socioeducativas sobre prevención del consumo de alcohol y reforzar las actividades de ocio y de tiempo libre desligando el concepto de diversión con consumo de alcohol".

La ciudadanía también podrá intervenir en la elección medidas preventivas a adoptar, y contará siempre con el asesoramiento de las familias.