El incremento de accidentes de tráfico mortales en lo que va de año, en total 17 -de los que 15 se produjeron en carreteras y los dos restantes en cascos urbanos-, son objeto de "preocupación", como reconocía ayer el jefe provincial de Tráfico, David Llorente, partidario de "darle una vuelta a ciertas normativas", con las que se podría corregir esa situación, después de que las cifras registrasen un descenso importante.
Llorente hizo esa referencia durante la presentación del día internacional de las víctimas de la violencia vial, en la que estuvo presente el alcalde Jesús Vázquez, el edil de Seguridad, Carlos Campos, el representante de Stop Accidentes, Benito Bouzada, y de la empresa de los buses de la ciudad, Urbanos Ourense, y dejaba patente que estaba a favor de un cambio legislativo.
Y así, citó el caso concreto de la utilización del teléfono móvil durante la conducción, que se ha convertido en una de las principales causas de accidentes, siendo partidario de una propuesta que está sobre la mesa, que pasa por incrementar, en caso de infracción, de la pérdida de los 3 puntos que se establece en la actualidad, a los 6, así como la sanción de 200 euros.
También hizo referencia a los controles del uso del cinturón de seguridad, el consumo de alcohol y drogas, además de los límites de velocidad establecidos, que son causantes de accidentes de tráfico, y advertía de "cierta relajación" en función de los datos de siniestralidad viaria. David Llorente explica que la Dirección General de Tráfico cuenta en la actualidad con cuatro radares en la provincia destinado a estos controles.
Sin puntos negros
Lo que tiene claro David Llorente, en función de los datos con los que cuenta, es que la situación en que se encuentra el estado de las carreteras es un elemento determinante en los accidentes de tráfico con víctimas mortales. Y sentenciar al respecto que "no tenemos puntos negros" en los que se deben llevar a cabo actuaciones.
Dicho lo cual, reconoce la existencia de deficiencias en algunas vías, pero la respuesta debe ser dada por parte de su titular, en este caso el Ministerio de Fomento, en un caso, en otros la Xunta, así como la Diputación, en las que sean de titularidad provincial.
Para Llorente el objetivo inmediato debe pasar por "revisar" normativas que lleven a que se reduzca el número de accidentes mortales, para incidir en que la comparativa con el año anterior, con 7 siniestros mortales, "es un poco injusta", aunque reconoce que "la estadística es así".
En cuanto al límite de velocidad en varios tramos de la autovía, el jefe provincial de Tráfico explica que de nuevo volverá a ser de 120, una vez se concluyan las obras de mejora y mantenimiento, ya que en muchos de ellos se había bajado a 100 como medida preventiva debido a las actuaciones que se vienen llevando a cabo.
Sobre esta cuestión, y en relación al incremento de siniestros mortales, el representante de Stop Accidentes, Benito Bouzada, fue rotundo al afirmar que "los mal llamados accidentes de tráfico son evitables", y reiterar la apuesta del colectivo por la mejora de las seguridad vial, que considera es una "labor de toda la sociedad". Aunque Bouzada advierte de la responsabilidad que tienen todas las administraciones en las medidas competenciales que tienen para poder realizar actuaciones de concienciación, así como otras que redunden en garantizar esa seguridad que permitirá reducir el número de accidentes.
