Este embrollo tiene su origen en un enfrentamiento entre ambas familias gitanas que se agravó con la relación sentimental que unió a la hija de Antonio G.M. con un joven del bando rival, bisnieto a su vez del jefe del clan, E.M.J. y a quien, según la acusación, los seis acusados querían matar aquella noche del 15 de mayo de 2016 en el CHUO.

La relación de la pareja no había sido autorizada por las familias y llegaron a fugarse. Finalmente, la chica había abandonado su casa para convivir con la de su novio. Esta situación agravó todavía más las relaciones entre ambos bandos entre los que existen diversos lazos de parentesco.

Tras el tiroteo se produjo la mediación del Consejo Gitano de Ancianos de Galicia y las familias se reconciliaron. Actualmente vuelven a vivir en el mismo asentamiento de Maside, ya que las desavenencias habían acabado con el destierro de E.M. y su familia al poblado de A Fontenla, en O Carballiño.

Los acusados reiteraron ayer que el suceso del CHUO está perdonado y que parte de la acción civil está subsanada. No obstante, existen daños y atención sanitaria todavía pendiente de cubrir.