Ourense decae en esa tendencia constante de pérdida de vecinos y un progresivo envejecimiento. En 2008 había 332.808 habitantes. El padrón provisional a principios de este año se situaba en 309.112 personas, lo que supone un retroceso de un 7 % en un decenio. La población carcelaria también cae y, porcentualmente, el desplome es incluso mayor. Según los datos de Interior, al cierre de 2008 un total de 457 personas estaban internas en el centro penitenciario de Pereiro. A día de hoy viven entres sus muros 265, por lo que la reducción en una década ha sido del 42 %. "Hubo años de más de 600 internos. Hoy es un número ideal para trabajar con ellos", señala el director, Francisco González.

La gran mayoría de internos son varones: hay 246 en la prisión provincial -el 93 %- por un total de 19 mujeres, que cumplen su condena en un módulo separado. Tanto en el caso de los reclusos que ya cuentan con una sentencia firme, como en el de los que están en preventiva a la espera de juicio, los principales delitos que cometieron son tráfico de drogas, robos con violencia (atracos), robos con fuerza en las cosas, así como casos de violencia de género y sexual.

En el centro penitenciario de Ourense, construido en 1987, hay un total de 243 celdas, más otras 24 complementarias. La gran mayoría de los internos prefiere compartir estancia con otro -se sienten más protegidos ante una posible indisposición de noche-, aunque en la actualidad, lejos de la sobreocupación del pasado, existe la posibilidad de que los reclusos estén solos si así lo solicitan. La jornada empieza a las 8 de la mañana. Tras el desayuno, hasta las 13 horas, participan en actividades como la escuela, los talleres ocupacionales o productivos, y actividades deportivas. Ochenta y cinco reclusos trabajan dentro de prisión:, 20 para empresas externas y 65 en los talleres de servicios.

Después de la comida y el tiempo de descanso, regresan sobre las 16.30 o 17 horas (según sea invierno o verano) a los cursos de formación, actividades deportivas o talleres. A las 21 horas suben a sus celdas, donde tienen televisor.