La Asociación Animalista Libera y la Fundación Franz Weber aprovecharon ayer un encuentro de trabajo con la Dirección Xeral de Patrimonio Natural para comunicarle la incursión de cazadores en el Bosque de Ridimoas, en Beade, que es un refugio de fauna que suma 30 años de preservación de las especies autóctonas. Denuncian que los escopeteros entraron en la zona protegida al menos este pasado domingo, por lo que los animalistas exigen aplicar sanciones a los responsables de estos actos.

Desde Libera consideran que este hecho evidencia la debilidad de una Ley de Caza hecha "a medida de este lobby, que redujo distancias de seguridad (200 a 100 metros) con respecto a la norma del 97, ya derogada, o que no introduce medidas de protección adicionales para aquellos terrenos en los que su propietario no quiera que se dispare".

Por ello, solicitó de la directora xeral una investigación al respecto, ya que considera de suma gravedad que un refugio de fauna, aun cuando los cazadores han sido detectados, siga siendo objeto de una actividad "claramente prohibida", a pesar de que los individuos tiraron un buen número de carteles de advertencia acerca de esta figura de protección de la naturaleza y los animales.

Los animalistas también recuerdan su denuncia del mes de Agosto, sobre la aparición de un gato tiroteado y arrojado a las puertas de este refugio de Beade.