La Cámara de Comercio de Ourense sólo cuenta con tres trabajadores, de los 17 que tenía en el mes de noviembre del año pasado, cuando cesó la anterior directiva y se hizo cargo de la entidad una comisión gestora dependiente de la Dirección Xeral de Comercio de la Xunta. Pero lo más grave es que los tres trabajadores que mantiene, llevan 16 meses sin cobrar el salario.

La Cámara de Comercio de Ourense mantiene a la secretaria general y a otros dos operarios, todos ellos con más de veinte años de antigüedad. La economía de estos organismos se ha ido desplomando poco a poco, desde que la Administración central suprimió las cuotas obligatorias que pagaban los comerciantes hace ocho años, en diciembre de 2010. Tras agotar todos sus fondos, en la actualidad solo mantiene la propiedad de la sede que conserva en la avenida de la Habana de Ourense, con más de 500 metros de superficie. Permanecen cerrados los locales de O Barco y Verín -habían sido cedidos por ambos concellos-, y el Vivero de Empresas que puso en funcionamiento en el Parque Tecnológico de Galicia. Permanecen en funcionamiento los servicios de documento de comercio exterior para las empresas.

De momento continúan activas las cámaras de comercio de Vigo-Pontevedra-Vilagarcía-Tui, A Coruña, Santiago, Lugo y Ourense. La solución podía pasar por la fusión de entidades, para evitar el cierre definitivo.