Cuando se habla de territorios europeos con la más baja densidad de población (es decir menor número de vecinos por kilómetro cuadrado de superficie) las miradas se centran siempre en Siberia, con sus 3 habitantes por kilómetro cuadrado, un territorio estepario en el que, al igual que en Finlandia, los datos poblacionales son tan fríos como su clima.

Pero la "Siberia gallega" está en la provincia de Ourense, concretamente en tres concellos de la provincia, Chandrexa de Queixa y Vilariño de Conso con 2,8 habitantes por kilómetro cuadrado, (es decir menos aún que la media de la estepa siberiana), seguido de A Veiga, con 31,1 vecinos/ km2, todas ellas incluidas por la UE entre los territorios con menos densidad poblacional de Europa.

De los diez municipios gallegos con menos habitantes por kilómetros cuadrado, esos que permiten recorrer a pie o en coche hasta 1000.000 de metros cuadrados sin tropezarse con otro miembro de la especie humana, seis de ellos están en Ourense y el resto, en Lugo.

A Chandrexa y Vilariño de Conso con una densidad poblacional de 2,8 habitantes/km2, le siguen A Veiga, con 3,1. El cuarto, quinto, sexto y séptimo puesto de esa lista de la "soledad" poblacional son para cuatro municipios de Lugo, Negueira de Muñíz (3,9 habitantes /km2), Muras (4,1), Cervantes, (5,2) y Folgoso (5,54 habitantes por km2)

Tras ese paréntesis, la lista de los 10 concellos con menos densidad de habitantes vuelve de nuevo a la provincia de Ourense para dar el octavo puesto gallego a Montederramo (5,6), Carballeda de Valdeorras (7,6) y Manzaneda (8,1 habitantes por km2).

El abismo es tal, que no admite comparaciones con otras provincias gallegas. De hecho en la provincia de A Coruña el concello con menos densidad de población es Monfero, donde hay 11,5 habitantes por cada kilómetro cuadrado de superficie de ese municipio. En Pontevedra, a la cabeza está Dozón como el menos poblado, pero 17 habitante/km2, seguido por Agolada con una densidad de 19 vecinos /km2.

Comparativa con las urbes

Si para la Unión Europea, todo lo que baje de los 8 habitantes por kilómetro cuadrado, emula al desierto, le sorprendería saber que las urbes o grandes concellos dibujan ese norte del progreso, frente al sur de la despoblación que marcan los concellos con los asentamientos más diseminados del rural.

Como explica el alcalde de Chandrexa de Queixa "no es que tengamos menos vecinos que otros concellos, es que tenemos muchos kilómetros cuadrados de superficie, para repartir entre nuestros habitantes". Y dice bien, pues su comarca dispone de 1718 km2 de superficie, que pueden disfrutar a su antojo, una población de 494 habitantes.

Lo contrario de la ciudad de Ourense que con sus poco más de 83 km2 de superficie, acoge a 1.239 vecinos por kilómetro cuadrado, o Barbadás, denominado en el último decenio como el milagro del crecimiento urbanístico y poblacional, que pese a ser un concello limítrofe a Ourense, y casi residual hace unos años, ahora alberga a 393 habitantes por kilómetro cuadrado.

Galicia es diferente en todos los ámbitos y ese cómputo crea diferencia incluso en la comparativa de ciudades pues mientras a Lugo capital tiene 294 habitantes/km2, mucho espacio para compartir, pese a ser capital de provincia, A Coruña se sitúa en el top de la saturación, con 6.375 vecinos por km2 de suelo, y Vigo respira bastante mejor que la capital herculina, con sus 2.639 habitantes por kilómetro cuadrado.