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Los últimos 'mohicanos' del "rianxo"

El cierre por obras del inmueble civil de la plaza de abastos de As Burgas, cuyos negocios fueron trasladados a otro edificio provisional, ha dejado aislada esta zona tradicional y cerrado varios puestos

Algunos de los puestos de frutas que siguen con actividad en la zona de "rianxo". // Enzo Sarmiento

"Es cierto que somos los últimos mohicanos de la plaza, y vamos a seguir resistiendo, porque amamos esta a zona de "rianxo" pese a que desde las administraciones no hacen ni el mínimo esfuerzo por realizar una mejora. Llevamos décadas sin que se haga un lavado de cara. Está todo de vergüenza, pero la gente sigue viniendo aquí, porque le gusta esta modalidad de compra y la calidad", explica Rubén Caeiro.

Él es uno de los comerciantes más jóvenes y activos de la zona de "rianxo" de la Plaza de Abastos número 1 de As Burgas, y de los que, junto con su negocio de frutería (Frutas Martínez) ha traído savia nueva para un mercado tradicional qué, pese a su deterioro y falta de dotaciones, está siendo el lugar de encuentro de varios jóvenes, que han encontrado en esta zona una alternativa laboral al paro.

Pero los quioscos tradicionales, una obra a preservar como signo identitario del antigua mercado de abastos, han iniciado su cierre en los dos últimos años. Primero por el deterioro del entorno y también por los altos precios de traspaso que, pese al mal estado, les sigue pidiendo la administración local por la concesión.

Ahora además, en los últimos cuatro meses, han cerrado algunos puestos más tras el cierre del edificio civil del mercado de abastos, situado al lado del "rianxo", y cuyos negocios se han traslado al edificio provisional en el paseo central de la Alameda, a la espera de que ese mercado antiguo sea sometido a una reforma integral.

"Pese a todo vendemos"

Según este portavoz de los comerciantes "pese a todo, a que no hay limpieza, no se podan los árboles, no nos dejan ni instalar agua corriente en nuestros puestos porque dicen que los tubos afearían la zona de rianxo, tiene guasa", comenta con ironía Caeiro "y a que nos obligan a utilizar unas fuentes que hay en el recinto, en el "rianxo" de As Burgas los puestos que quedamos seguimos vendiendo igual o más que antes del cierre de la plaza; la gente viene por la calidad, los precios y por el trato personal que reciben".

Otros comerciantes que prefieren guardar el anonimato, señalan que "pagamos unos traspasos muy caros en algunos casos por hacernos con un local, o con una simple superficie de terreno, para luego colocar nuestros puestos de venta y un canon mensual, pero no tenemos los servicios ni las condiciones adecuadas".

Los precios oscilan entre los 70 euros a los 250 euros mensuales de canon municipal, e incluso más, afirman, dependiendo de la superficie y la ubicación del puesto, o de los metros del simple espacio de suelo que van a ocupar, pero a ello deben sumar también varios miles de euros, por el traspaso de la propiedad pese a que es una simple cesión. Sigue siendo propiedad del Concello.

Erradicación del botellón

Han conseguido que se erradique de la zona el botellón nocturno, que provocaba enormes problemas de seguridad y limpieza para sus puestos "pero cuando llegamos de madrugada, nos seguimos encontrando que por falta de vigilancia, y unido a que hay gente incivica la zona de "rianxo" es como el urinario,y aquí aparece todo tipo de desechos·, indican.

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