Algunos de los puestos que han cerrado en el "rianxo", se han traslado al edificio superior provisional de la Alameda, donde quedaba todavía espacio libre. Otros simplemente claudicaron, como muestra la foto tomada ayer, en horario en teoría de máximo auge de ventas tras un viernes festivo y en el que se ven mostradores vacíos en la zona de las "rianxeiras".

Pero, según los comerciantes "no ha habido huida de clientes, todo lo contrario, y cada día nos llegan gente más joven que pide productos de calidad y nos piden consejos para cocinarlos; la plaza está cambiando y ya no son solo gente mayor indica Rubén Caeiro. Por eso, indican, "partiendo de que la reforma de la plaza no va a tardar menos de siete u ocho años, el Concello tiene que hacer algo ya con urgencia en "rianxo", al menos un lavado de cara; la gente nos quiere y esto no puede seguir en este estado".