El administrador de la empresa Carbatari Servicios Sociales Asistenciales S.L., que hasta esta semana gestionó la Residencia de Ancianos de A Bola, Manuel Fernández, denuncia la falta de verdad y rigor de la alcaldesa, Teresa Barge, al decir que el 40 por ciento del personal que allí trabajó eran familiares "míos" y que no se había contratado a vecinos de la comarca, cuando de los 14 empleados, por norma legal en la materia, "10 pertenecen y viven en Terras de Celanova, dos viven en Ourense y dos son hijos míos", uno de encargado y otro de director, ambos gerocultores.

Asimismo, aclara que las trabajadoras "recomendadas por la regidora" no fueron despedidas por incumplir el convenio ni falta de material como ella dice. Una se dio de baja por enfermedad común a la segunda semana de ser contratada y estuvo de baja 16 meses, y otra en la primera semana y por 14 meses, y "fueron despedidas cuando pasaron a depender de la Mutua Patronal". La tercera se despidió por "dopar a los mayores en su turno de noche, grabado por cámaras y tasando los medicamentos", y otras dos no continuaron porque "ser recomendadas no presupone que estuvieran facultadas para un trabajo tan especializado".

Dice que Barge reprocha que el sindicato defienda a la patronal y "no es cierto". Aclara que la empresa respetó al máximo el convenio colectivo de residencias privadas de Galicia en salarios y horarios de trabajo, y al decir que carecía de material y medicamentos, apunta que ella deja quedar mal a los servicios de inspección de la Xunta.