El presidente ejecutivo de la Fundación San Rosendo contempla como "un disparate enorme" que Ourense "deje escapar todos los días decenas de miles de litros de agua caliente al río Miño, donde solo va hacer daño, en lugar de aprovecharla para poner calefacción en las casas de la ciudad. Esa sería una riqueza para todos".

Benigno Moure advierte que el agua termal que está entrando de forma permanente en el cauce del río Miño, además suponer "un derroche disparatado, que no tiene nombre; está dañando el ecosistema del río, al causar problemas en la fauna y en la flora del curso fluvial". Por lo tanto, considera que las administraciones públicas "se tienen que poner las pilas en este tema".

San Rosendo reclama una implicación importante y decidida de distintas administraciones, para aprovechar los recursos termales y convertirlos en un factor de dinamización económica y desarrollo. Considera que tendrían que realizar una apuesta mayor por el turismo termal y en el termalismo de salud, que aplicado de forma preventiva "podría suponer un ahorro en la factura sanitaria". Moure también tiene la esperanza de incrementar el número de usuarios del resto de la Unión Europea. "En estos momentos, ya tenemos usuarios de Alemania, Holanda, Francia y otros países. Esto se puede incrementar mucho, con una red de balnearios coordinada, que se debe complementar con la gastronomía, la viticultura, el patrimonio monumental y la riqueza paisajística", concluye.