El sistema de regulación de acceso al casco histórico de la ciudad, a través de bolardos, volvía provocar ayer un nuevo accidente, al impactar un vehículo con el que se encuentra en la entrada a Santo Domingo, en la zona alta del parque de San Lázaro.

La incidencia que se agravó al estar detrás el denominado tren termal, con sus vagones, lo que llevó consigo retenciones en ese vial, ante las protestas de automovilistas, aunque algunos de ellos no dudó en subirse a la acera para poder continuar, con el correspondiente riesgo.

Se trata de un sistema cuestionado y que debería dejar de estar operativo, en función del acuerdo plenario a iniciativa de Democracia Ourensana, y que pasan por retirarlos para colocar cámaras que revisen las matrículas de los vehículos que acceden al casco histórico y comprobar si tienen permiso. De no tenerlo, como sucede en otras ciudades, se le impondrá la correspondiente sanción.