"Entro a las 3 de la tarde de turno; hoy pasa la Volta Ciclista por Verín y tenemos mucho trabajo para garantizar la seguridad de los participantes, pero usted pregunte, que yo le voy contestando mientras cocino", explica atento Fernando Castro al otro lado del teléfono.

Este policía local verinense de 44 años, casado y padre de dos hijos de 15 y 8 años, conocido y premiado en el ámbito nacional y europeo por su entrega a todo lo relacionado con la prevención y la educación vial, quiere dejar claro que ser policía y además laico, dedicado por designación episcopal, a un tema desconocido para no iniciados, como la Pastoral de Carreteras, no quiere decir que uno vaya ejerciendo su profesión policial y repartiendo catecismos a los conductores.

"Nuestra labor es otra; ayudar como policías locales en todo lo que necesiten los ciudadanos, promoviendo ya desde la escuela el respeto la educación vial, y luego además como creyente, divulgar sabiendo que nuestra obligación es preservar y proteger nuestra vida y la vida del prójimo".

"Mi padre murió en accidente"

Estos dos caminos que han llevado a Fernando Castro, un hombre que, al margen de cualquier credo religioso, conjuga cada día la palabra solidaridad mayúsculas, cree que comenzaron a dibujarse hasta confluir, siendo niño.

"Mi vida estuvo marcada por la muerte a de mi padre en un accidente de tráfico cuando yo tenía 3 años, por eso siempre me tomé muy n serio todo lo relacionado con la seguridad vial por respeto a mi propia vida y a la de los demás. Luego, ya de adulto decidí canalizarlo preparando las oposiciones a Policía Local, que aprobé".

Un día, en el ejercicio de su profesión "me encontré con que tenía que informar a una familia de que su hijo de 16 años había fallecido en un accidente de moto; fue purísimo y ahí entendí que tenía que implicarme más seriamente aún en la prevención, para que este tipo de accidentes se repitieran lo menos posible". Nacieron ahí sus trabajos y proyectos que le han hecho merecedor de premios de ámbito europeo, o de la medalla de seguridad vial entre otros.

Como ese afán "por ayudar" repite., mientras sigue removiendo el puchero al otro lado del teléfono, camina parejo con su fe católica, "pues siempre colaboro con mi parroquia en todo lo que puedo", el obispo Leonardo Lemos decidió nombrarle delegado episcopal de la mencionada Pastoral de Carretera de la diócesis de Ourense.

Y ese compromiso que Fernando pone en todo lo que hace, le llevó esta semana, al Vaticano, donde actuó como único representante gallego de esta causa que él representa, en una audiencia con el Papa Fernando en el Vaticano para celebrar el 50 aniversario de esta Pastoral de Carretera.

"Le regalamos una estola conmemorativa con un San Cristóbal" señala, al tiempo que destaca la proximidad del Papa y agradece al obispo de Ourense "que nos permita colaborar como laicos en divulgar la responsabilidad en la carretera" explica entregado a la seguridad vial como policía, y creyente.