El problema ha cambiado de sitio. La remodelación de la Alameda do Cruceiro, gracias a un proyecto promovido desde el Concello de Ourense que ha conseguido recuperar una zona de ocio degradada y tomada por determinados guetos sociales relacionados con el alcohol y la toxicomanías que se habían asentado en la zona desde hace lustros, ha convertido este parque en una zona modélica de juegos multiaventuras para niños y espacios para mayores, pero, según los vecinos de la zona centro, el problema de los grupos peligrosos se ha trasladado ahora al Parque de San Lázaro.
Según la asociación vecinal Centro, el Parque de San Lázaro se ha convertido en los últimos meses en el lugar en el que han recalado guetos relacionados con el consumo de sustancias estupefacientes y alcohol y otro tipo de bandas juveniles, "muchos de ellos incluso acaban peleando entre sí y en las últimas semanas hubo varias reyertas en un lugar y tuvo que venir la policía", indicaba ayer un usuario.
Esta problemática fue transmitida por la nueva directiva vecinal de la Asociación Centro en la reunión mantenida con el subdelegado del Gobierno en Ourense, Emilio González Afonso, la primera de presentación del colectivo, ante el nuevo representante del Gobierno central en Ourense.
La propia presidenta vecinal, Patricia Sarmiento, reconoció que la problemática principal que plantearon al subdelegado fue precisamente los problemas de peligrosidad que en los últimos meses han comenzado a hacer acto de presencia también en San Lázaro, una zona en la que hay muchas personas mayores y niños durante el día, al ser la única zona verde de la zona centro.
"Lo curioso es que muchas de esas personas conflictivas se sientan al lado de la estatua del Ángel Caído", es decir enfrente de la propia Subdelegación.
En todo caso, el subdelegado les reconoció durante la reunión que el número de efectivos policiales era escaso en Ourense y se comprometió a pedir turnos de vigilancia en aquellas horas en las que pueda haber más público en el parque.
En los últimos días, señalan fuentes vecinales, ya se observó la presencia de alguna patrulla en el entorno del parque para vigilar a este grupo de gente.
Muchas de estas personas se habían asentado en los últimos el parque de Alameda do Cruceiro antes de su reforma, pernoctaban allí y se habían detectado episodios de consumo de alcohol o drogas en la zona.
