La historia de la sede de la Confederación Hidrográfica arranca en 2009, momento en que Concello y CHMS firman un protocolo en el que se acuerda la ejecución de "un edificio singular de excelencia urbanística", pero sin llegar a rubricar el necesario convenio. Dos años después, en 2011, llega el protocolo de la CHMS con el Colegio de Arquitectos para colaborar en la selección de la propuesta del anteproyecto a través de un concurso de ideas. Y un año después se produce la cesión de la parcela por parte del Concello por un período de 5 años para la construcción de la sede del organismo de cuenca.

Por medio se mete la crisis económica, y el proyecto se demora, ya que en junio de 2012 la deuda real de la CHMS superaba los 60 millones. Y no fue hasta finales de 2014 cuando se retoma la construcción de la sede, pero con un nuevo planteamiento, que no fue otro que dejar sin efecto el proyecto del concurso de ideas, cuyo coste total superaba los 6,3 millones de euros, y encargar uno nuevo a un arquitecto, que contemplaba un presupuesto de 4,9 millones de euros, para actuar en una superficie de 6.127 metros cuadrados, que fue el que se presentó en el Concello y cuya licencia fue denegada.

El freno a ese proyecto y la falta de alternativas para la futura sede de la CHMS hizo que se buscase una solución provisional, como pasar varias dependencias a una planta de la Subdelegación del Gobierno.