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Un acusado de maltratar a sus hijos alega que es un "montaje" de la madre y la abuela

Admite que los niños están mejor con su suegra en Portugal pero niega episodios violentos y abuso sexual -La fiscal solicitó 10 años y medio de prisión y la retirada de la patria potestad

José F.B. fue juzgado ayer en la Audiencia. // Iñaki Osorio

José F.B., alias Paspayo, declaró ayer ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Ourense en calidad de padre. La Fiscalía le acusa de violencia habitual y maltrato a sus dos hijos menores, de 11 y 8 años en el momento de los hechos, y de abusar sexualmente de la pequeña. Se enfrenta a una petición total de diez años y medio de prisión y retirada de la patria potestad de ambos menores, además de siete años de alejamiento respecto al hijo y 17 en relación a la hija.

Condenado en el pasado por delitos de tráfico de drogas, falsificación de moneda o quebrantamientos, pero también víctima de un intento de rapto, un atentado con bomba en las puertas de su casa y hasta de un apuñalamiento, Paspayo juró ayer "por su padre" que todo es un "montaje" y que a sus hijos les "comieron la cabeza" su madre y su abuela para que relatasen episodios de maltrato y abuso sexual contra su padre que, insiste, nunca se produjeron. Lo hicieron, asegura, "compinchadas" y con ánimo revanchista porque había echado a la madre de los niños de casa y tenía la custodia.

Esta es la versión ofrecida por el acusado al salir de la sala, ya que el juicio se celebró a puerta cerrada para preservar la intimidad de los menores que, en todo caso, no acudieron a la Audiencia. Tampoco lo hizo la abuela, que aseguró haber presenciado varios de los episodios violentos. La vista, que ya se había suspendido el pasado 31 de mayo por la ausencia de una forense de Portugal, se celebró igualmente.

Frente a la versión exculpatoria de José F.B., la fiscal expuso que entre diciembre de 2013 y marzo de 2015, los menores regresaron de Portugal y se instalaron con sus progenitores en Celanova. Pero desde un primer momento, añade, el acusado "desarrolló hacia los menores un trato claramente vejatorio". Los episodios tenían lugar en el domicilio familiar, según la fiscal, donde el acusado "prácticamente a diario ejercía violencia física sobre sus dos hijos, propinándoles golpes en cualquier parte del cuerpo" y llegando a utilizar algunas veces objetos como una cuerda, un palo, una escoba o el cinturón. Señala la fiscal que la abuela fue testigo en ocasiones de estos hechos, aunque en ningún caso se han podido objetivar las lesiones porque "nadie acompañó a los menores a un centro sanitario". Y tampoco compareció ayer la abuela para corroborarlo. Los forenses, por su parte, ratificaron las pruebas periciales que dieron credibilidad a los testimonios.

Respecto al abuso sexual que José F.B. también negó rotundamente, la fiscal sostiene que durante ese período, el acusado pernoctó en varias ocasiones con sus dos hijos, circunstancia que "aprovechó", relata la acusación, para los supuestos abusos.

Por su parte, José F.B. dijo tener la "conciencia muy tranquila", aunque reconoció que los niños "están mejor con su abuela". De hecho, los niños vivieron siempre con ella hasta que, en diciembre de 2013, su padre los invitó a la matanza y comunicó a su suegra, que los había criado desde pequeños, que desde ese momento se quedaban con sus padres. Esto, señala, enfureció a la abuela que "se subió por las paredes". Pasado un tiempo la relación de pareja se complicó hasta el punto de tener que ir la Guardia Civil a casa, según su relato. Los propios agentes, dijo, le reprendieron por dejar que los menores presenciasen aquello, por lo que al día siguiente los llevó a Portugal. Una semana después, dice, echó a la madre de casa y fue entonces cuando "montaron una película de que les pegaba y violaba, pero ningún médico forense admitió que hubiera abusos sexuales ni nada porque es mentira", señaló. Apunta que no le importa que los niños estén ahora con su abuela ya que los visita con frecuencia y hacen "vida normal" con él. "Al principio decían tonterías, pero al juez en Celanova le dijeron que todo era mentira, que lo que querían era estar en Portugal", concluye.

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