La Dirección Xeral do Patrimonio Cultural de la Xunta acaba de incoar el procedimiento para declarar Bien de Interese Cultural (BIC), en la categoría de zona arqueológica, uno de los yacimientos más ricos del noroeste peninsular y referente para la investigación patrimonial gallega como es el castro de Castromao, situado en el Concello de Celanova.

Tras la declaración, el yacimiento "contará con el régimen de protección que establece la Lei do Patrimonio Cultural de Galicia para os BIC´s". La resolución publicada ayer en el DOG establece que el expediente debe resolverse en un máximo de 24 meses.

Según los informes previos elaborados sobre el castro, este yacimiento "tiene un indudable valor histórico y arqueológico de carácter singular". La justificación del valor cultural de esta zona arqueológica se fundamenta en su importancia histórica, su potencial científico y el carácter representativo de este como uno de los asentamientos castreños más antiguos de Galicia.

La zona arqueológica presenta una larga evolución desde inicios de la Edad de Hierro hasta la Época Galaico-Romana y documenta una ocupación continua desde el siglo VII antes de Cristo al II y III después de Cristo, que se prolonga a través de la Edad Media hasta la actualidad. Este espacio ilustra por lo tanto la evolución de la sociedad, el poblamiento y el paisaje entre la Prehistoria y la Edad Media, en este contexto geográfico.

La importancia histórica de Castromao viene avalada por su identificación como el oppidum de Coeliobriga, capital del pueblo prerromano de los Coelerni, citado en la Tábula Hospitalis encontrada durante las excavaciones de 1970, dirigidas por Xesús Ferro Couselo y Xaquín Lorenzo Fernández. Este documento da cuenta del pacto firmado en el año 132 después de Cristo por este pueblo con un prefecto romano. Este hallazgo, junto con la mención en el Padrao dos Povos y otras referencias, justifican que los investigadores identifiquen Castromao con Coelobriga, según la tábula, un documento arqueológico único y de singular relevancia histórica.

Desde las primeras menciones de Barros Sibelo, en 1875, pero en especial a partir de los años 60 hasta la actualidad, Castromao ha sido objeto de sucesivas intervenciones arqueológicas, que han incluido además de excavaciones, restauraciones y consolidaciones para su puesta en valor. El interés científico de los materiales y la información proporcionada por estas actuaciones justifican que sea un referente para la investigación arqueológica gallega.