El agua que llega al grifo en las viviendas y los comercios de la ciudad de Ourense -más de 105.000 habitantes, sin tener en cuenta a las personas que regresan en las vacaciones de verano y engordan la población- procede desde el 1 de agosto del río Miño, cuyo caudal a su paso por el municipio, en la actualidad -70,28 metros cúbicos por segundo-, es un 27,8 % inferior al volumen promedio del periodo 2008-2016.

Antes de esa fecha, la captación del agua para el abastecimiento de la tercera ciudad gallega no venía del bombeo del Miño, sino que aún se efectuaba en Cachamuíña. Esta presa del río Lonia está al 56,38 % de su capacidad máxima, con 1,17 hectómetros cúbicos almacenados, y 9,98 metros de altura de agua sobre un máximo de 13. La estampa hace un año era mucho peor y retrataba la situación de sequía que preocupó a Galicia, la tierra de la lluvia y los múltiples ríos. Hace doce meses, este embalse de Pereiro de Aguiar almacenaba 0,32 hm3, solo un 15,23 % de su capacidad.