Tiene la segunda tirolina más grande de Galicia -delimitada por dos hileras de árboles- el único balancín de cuerdas de la comunidad, una zona de 162 metros cuadrados para juegos acuáticos hasta los 12 años, para mitigar de una manera divertida los rigores del verano en Ourense -el resto del año se convierte en una fuente ornamental con iluminación led-, un espacio de ejercicios corporales al aire libre adaptado para sillas de ruedas - Street Workout o parque calistenia, homologado por la federación-. Las barreras arquitectónicas son mínimas, sin cierres ni desniveles -salvo en la entrada lateral por un escalera-, para que sea accesible a adultos y menores con limitaciones de movilidad. El antiguo parque infantil de la Alameda do Cruceiro, en la calle Concejo, donde la generación del baby boom iba a jugar en la niñez, es ahora el área recreativa más moderna de la ciudad, a la que los nostálgicos podrán llevar a sus hijos y nietos. Hay un área de juegos tradicionales "pensada para que los padres del siglo XX con hijos del XXI, les enseñen qué es una peonza, el truco, las chapas y que hay espacios en los que puedes pintar con una tiza", destacaba ayer el funcionario de Medio Ambiente Carlos Cárcamo, autor del proyecto. Cuenta con jardinería de bajo mantenimiento e integra el crucero que da nombre al lugar. "Hay una parte del entorno que habría que seguir trabajando, pero el dinero dio para lo que dio", concedió el técnico. Por ejemplo, faltan aseos.

La reforma, esperada durante años para terminar con la degradación de este espacio del corazón de la ciudad -"por aquí han pasado 4 alcaldes y 5 concejales", subrayó Cárcamo-, ha costado casi 460.000 euros. El alcalde, Jesús Vázquez, concibe el parque como "una zona de encuentro de pequeños y mayores", y destaca la "colaboración" entre administraciones y partidos. El proyecto se materializa gracias al apoyo del PSOE al plan de obras en el que iba incluida la actuación, así como a la cofinanciación de la Diputación, que ya cooperó con la reforma de la calle. "Seguiremos colaborando con el Concello, porque la provincia no se entiende sin su capital", dice el presidente, Manuel Baltar.

El regidor agradeció a ambos y el portavoz socialista, José Ángel Vázquez Barquero, aprovechó que estaban los periodistas para lograr la respuesta del mandatario que no había conseguido tras solicitar hace semanas contestación a la propuesta del PSOE de cara a un nuevo plan de inversiones. "La ciudad tiene muchas necesidades", esgrimió Barquero. Quiere que las ideas sean consensuadas por todos los partidos de la corporación y por representantes vecinales. "Nuestra disposición es reeditar el plan de inversiones, pero debe ser fruto de consenso. Alcalde, seguimos esperando vuestra respuesta y la ciudad no puede esperar más. Hay un importante remanente de tesorería [el ahorro del Concello supera los 70 millones de euros], debemos aprovecharlo independientemente de que tengamos unas elecciones. La ciudad está por encima", interpeló el concejal del PSOE.

Juntos en la comparecencia ante los periodistas, ante un Baltar de espectador de la refriega, el alcalde vio un tono "de mitin" en la reivindicación pública de Barquero. "Es asumible, pero va a dilatar más de un año cualquier decisión, espero que no se trate de un juego político", dijo Jesús Vázquez. "No", respondió Barquero al instante. "Yo no tengo inconveniente. Esas condiciones van a suponer que lo que se decidía entre dos, y pudiera llevar un mes o dos o tres, ahora llevará cuatro, cinco o seis, o 1 año", avisó el regidor. "No, ya verás como no", mantuvo el socialista. "Perfecto, entonces con eso nos quedamos y no hay ninguna disconformidad. Los que estamos aquí queremos que la ciudad prospere y trabajar por la ciudad", finalizó Vázquez.

Antes quedan los proyectos pendientes. El plan de inversiones aprobado a finales de 2016 incluía el nuevo parque infantil de Concejo. Se ha ejecutado o está en fase de ejecución la mitad de los proyectos. Tras la liquidación del presupuesto, el gobierno planea llevar a pleno la modificación de crédito necesaria, unos 9 millones, para adjudicar las obras que restan.