| Contra la falta de educación y civismo de algunos no basta ni el aviso expreso con carteles de que el remodelado parque infantil de la Alameda do Cruceiro cuenta con un sistema de videovigilancia las 24 horas. El recinto se estrenaba ayer y ya había tres pintadas. Los operarios se afanaban en tratar de eliminarlas y en los preparativos de última hora, antes de que llegaran los políticos para la visita. Había una en un banco, otra en una farola y una más en un muro. El vandalismo cuesta al Concello, es decir a todos, 300.000 euros al año.