La Agrupación de Asociaciones de vecinos Miño continúa manifestando los problemas sufridos en estos últimos años, y a los que no ha logrado pactar solución. El secretario de la agrupación Jose Manuel García Casares ha explicado que tras los intentos de sentarse a hablar con el alcalde de Ourense, la relación con el Ayuntamiento está muy deteriorada. "La relación apenas existe, del cero al diez diría un cuatro y siendo muy benévolo", explica Jose Manuel García Casares.

Los temas a tratar por parte del secretario de la asociación son varios y "todos ellos urgentes", aunque hasta el momento no han logrado acordar fecha para reunirse con el alcalde ourensano. "En mayo le pedimos una reunión urgente para celebrarla antes del día 1 de julio, pero ni nos han dado explicaciones ni todavía nos han convocado", confirma.

Tareas pendientes

El primero de los conflictos viene derivado del incompleto plan de obras iniciado en el pasado año. Aunque el PSOE haya reivindicado su compromiso con el plan de obras que firmó dos años atrás, no se han producido apenas avances en su elaboración.

De los trece millones acordados en su momento, se "han gastado sobre cuatro, por lo que los otros ocho fueron al remanente". Unidos al presupuesto de la segunda fase, hace un total de dieciséis millones de euros preparados para invertir en mejorar la ciudad y sus alrededores, tal y como exigen numerosas asociaciones de vecinos que durante los últimos años han persistido en esta idea aunque de momento la solución parece más lejos que cerca y el acuerdo entre gobierno y agrupaciones no se confirma.

La manera de actuar tanto de la agrupación Miño como la agrupación Limiar fue muy parecida para abordar las obras necesarias. "Nosotros contactamos con todas la asociaciones de vecinos integradas para que nos mandasen por escrito la sobras más importantes que querían hacer", aclara Jose Manuel García Casares. "Esa recopilación la mandamos al ayuntamiento, se trataban de alrededor de 140 obras", afirmó.

La gran mayoría de las obras reflejadas estaban ubicadas en las afueras de Ourense, siendo frecuentes los imperfectos en la periferia y en el perímetro de la ciudad. Dentro propiamente dicho, tan solo se encontraban las referidas a "ascensores o parques infantiles".

Dentro del pesimismo mostrado por Jose Manuel García Casares, entiende que "la mayoría de las obras son proyectos que tras la adjudicación se debería de resolver en el primer semestre del próximo año", aunque los más recientes vivirán un proceso lento y de larga duración. Para llegar al punto actual, las asociaciones, el gobierno y el PSOE se reunieron en varias ocasiones hasta que a la tercera lograron un acuerdo total para llevarlo a pleno.

La segunda de las particularidades para solucionar se trata de una petición de modificación de crédito para los convenios con las diferentes organizaciones sociales que alberga la Agrupación Miño, entre las que salienta Cruz Roja. "Los convenios tienen que recibir esta modificación de crédito, pero no tenemos nada. Es una falta de gestión absoluta", lamenta Jose Manuel García Casares, recordando que el pasado año ya perdieron "las ayudas normales para la asociaciones de vecinos por esta falta de gestión".

Tiempo malgastado

La paciencia perdida en todos estos meses de espera puede que haya sido demasiada cuando en la agrupación se trata el reglamento de participación ciudadana, un reglamento orgánico aprobado hace años en pleno y sin ningún voto en contra y el cual todavía posee artículos que no se han conseguido desarrollar. "Estamos pensando llevar el tema a un contencioso administrativo", avisa el secretario, que también presiente lo mismo al hablar del tema de la limpieza, sobre la cual "ya se ha denunciado un incumplimiento sistemático de la empresa pero no hemos recibido contestación alguna"

El tercer y último capítulo sobre el cual la Agrupación de Asociaciones de Vecinos Miño requiere reunirse con el alcalde de Ourense lo antes posible, pues las fechas demandadas hace un trimestre parece que no eran las apropiadas para el Ayuntamiento, son las tasas municipales.

La ordenanza, aunque según Jose Manuel García Casares "nunca se ha pagado", exigen que las asociaciones, aún sin ánimo de lucro, abonen una compensación económica por usar espacio público. "Nosotros estamos totalmente en contra de que se cobre por la utilización de espacios públicos o de edificios públicos como el campo de la feria", explica. Para ello, ve como solución una "modificación del reglamento que declare la asociación una entidad municipal para lograr la exención de tasas, entendiendo estas tasas como el pago por usar el espacio público".

Las diferentes problemáticas denunciadas por Jose Manuel García Casares son de diversa índole, por lo que cada una de ellas tendrá una solución apropiada la cual debe de ser consensuada entre los propios miembros de las asociaciones y el gobierno municipal, aunque los ritmos no son los adecuados para una rápida y correcta finalización de todos los males que rodean a los barrios periféricos y el rural.

El descontento de la agrupación y de todas las asociaciones que representa es palpable, y con los ritmos que se mantienen para tratar todos los temas que preocupan al colectivo, parece que esta disconformidad no está cerca de solventarse. "El alcalde recibe a decenas de personas al día, una agrupación que aglutina 22 asociaciones y que quizás tiene 4000 socios debería ser un poco más urgente", deja caer Jose Manuel García Casares, cuya labor al frente de Miño se está encontrando de frente una gran cantidad de impedimentos que no permiten a los barrios periféricos de la ciudad ni crecer para adaptarse a los tiempos actuales ni parchear las dificultades más evidentes en el día a día.