El verano ourensano se caracteriza un año más por ser continuista en las dos temáticas troncales de sus fiestas. Por una parte, la gastronomía, inherente a cualquier celebración en Galicia. En Ourense buena prueba de ello son las fiestas del pulpo, el pimiento, la empanada... Por otra, en agosto son tradicionales las fiestas de recreación histórica como las que se viven este fin de semana en Xinzo de Limia y Boborás, que recrean el pasado romano de la Gallaecia y la invasión francesa, respectivamente, bajo las denominaciones lúdicas de Festa do Esquecemento y "1809: a batalla".

El paso del río Lethes es una fecha marcada con rojo en el calendario veraniego de la comarca limiana y de la provincia en general. El "Esquecemento" conmemora el paso de las tropas romanas por el río Limia, tras confundirlo con el legendario río Lethes o río del Olvido. Los romanos tenían la creencia de que quien lo cruzaba perdía la memoria, pero Décimo Junio Bruto quiso demostrar que aquello era un mito y cruzó a la otra orilla. Desde allí llamó uno por uno a sus soldados que, sorprendidos porque recordase sus nombres, lo pasaron también con valentía.

Este es el acto central que recreará en Xinzo esta tarde (17.00 horas), pero la localidad está tomada por las tropas romanas y castrexas desde el viernes por la noche. Mercados, desfile de legiones, lucha de gladiadores o carreras de cuádrigas que recrean la cultura de la época ambientan desde ayer el Esquecemento. El gran desfile recorrió las calles de la villa para animar la fiesta.

Por su parte, Boborás ha impulsado con fuerza una celebración histórica en Pazos de Arenteiro, que este año cuenta su segunda edición. Recrea la batalla del 2 de marzo de 1809 en la que las tropas napoleónicas llegadas desde Francia quisieron invadir el pueblo. Para contrarrestarlo, desde Boborás se realizó un reclutamiento de voluntarios con el objetivo de hacerle frente a los franceses. Los valientes llegaron de Pazos y de todo el concello, y aunque eran menos en número contaban con su bravura y valentía, además de la ventaja de que conocían perfectamente el terreno y podían ejecutar una estrategia que los colocase en una situación favorable. Por contra, los franceses se vieron sorprendidos al tener que luchar en un espacio lleno de subidas, bajadas y montes, por lo que a pesar de que llegaban preparados y convencidos de atacar, todos estos inconvenientes redujeron su capacidad ofensiva.

La fiesta arrancó ayer con la llegada de los franceses y su irrupción en el mercado, en el que se enfrentaron a los vecinos, muchos de ellos mujeres. El desenlace se producirá hoy, con el alistamiento y la gran batalla, a partir de las 21.00 horas.

Dos historias, dos éxitos

Iván Prado, representante de la organización de la Festa do Esquecemento 2018, asegura que se encuentran en "uno de los momentos más álgidos de la festividad en toda su historia". Aunque el acto principal es la recreación de esa leyenda histórica, Iván Prado entiende que hay que "innovar lo máximo posible, concienciando a la gente de que es una fiesta de reclamo turístico y cultural de las más importantes que tiene la comarca da Limia".

Ayer, después de un par de días de animación exultante, se produjo el gran desfile castrexo-romano por las calles principales, y la jornada remató con una charanga "XL" en los propios campamentos. Hoy, día grande, la jornada finalizará con un nuevo desfile que incluye a la totalidad de los grupos del campamento. Tras la marcha se apagará el fuego sagrado tras tres días brillando con el espectáculo "Na escuridade".

En Boborás por su parte, para recrear la batalla histórica la organización de fiestas cuenta con 70 voluntarios. Durante días han preparado a conciencia la escenificación para que todo salga a pedir de boca y represente de la manera más fiel posible escenas emotivas como el degollamiento del profesor. "La gente está viviendo una serie de secuencias que desencadenarán la batalla final", explica la concejal Patricia Torres, que destaca el éxito de la primera edición a la que acudieron más de cinco mil personas.