Manuel A. G., un vigués de 59 años que era policía local en la ciudad olívica, falleció ayer a las 12.22 horas del mediodía en el kilómetro 472,6 de la carretera nacional N-120, en el municipio de Larouco (Valdeorras), tras ser alcanzado por un todoterreno cuyo conductor invadió el carril contrario, según la primera hipótesis de Tráfico. La víctima viajaba en grupo con tres amigos agentes. Regresaban de los Picos de Europa. El conductor invadió el sentido contrario por causas que se investigan y chochó contra la moto de la víctima, la tercera del grupo.
El todoterreno solo registró daños materiales. Investiga el equipo de atestados del Destacamento de Verín de la Guardia Civil de Tráfico -en O Barco de Valdeorras no hay esta unidad-, el turismo Mercedes impactó frontalmente contra la motocicleta Honda en la que viajaba Manuel A. G., que murió en el acto.
Dificultades del conductor
El conductor del todoterreno dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas, pero se sospecha que pudiera tener una pérdida de sus facultades psicofísicas. Efectivos que lo auxiliaron y que intervinieron en el siniestro mortal de ayer observaron que tenía grandes dificultades para entender lo que trataban de explicarle y muy poca capacidad de movimiento, hasta el punto de que tuvo que ser auxiliado por los agentes de Tráfico para subir a la furgoneta. Al parecer, según las fuentes consultadas, hace unos años había sufrido un ictus.
Al lugar en el que ocurrió el grave siniestro acudieron dos patrullas de motoristas del Destacamento de O Barco, otra de Seguridad Ciudadana de la compañía de A Rúa, así como el equipo de atestados de Verín que investigará las causas. También acudieron el 061, que solicitó un helicóptero aunque no llegó a aterrizar, más los bomberos de Valdeorras y Protección Civil. Los profesionales no pudieron hacer nada por salvar la vida del fallecido.
Al igual que la delincuencia, con un repunte del 6,2% en el número de infracciones registrado en la primera mitad del año, según la última estadística del Ministerio del Interior, la seguridad vial empeora en la provincia de Ourense. Hasta ayer, la cifra de víctimas mortales en un suceso de tráfico se sitúa en 12 personas, tres más que las muertes registradas -a las 24 horas de un accidente -durante todo 2017. Es un aumento de la siniestralidad que supone ya un 33% más, cuando todavía restan cuatro meses y medio para que finalice el año.
Un agosto con tres muertes
El fallecimiento del motorista vigués en Larouco supone el tercer siniestro mortal en la provincia de Ourense que tiene lugar en agosto. El primer día del mes, un hombre de 36 años perdió la vida y su novia, de la misma edad, resultó herida muy grave tras volcar el tractor, por una pérdida de estabilidad del vehículo, que circulaba por un camino vecinal. El siguiente suceso trágico en materia de seguridad vial ocurrió la madrugada del 9 en un aparatoso siniestro en la carretera N-532, en Mourazos (Verín), en el que falleció un hombre de 41 años. El conductor del vehículo, que resultó ileso, un amigo de la víctima de 26 años, triplicó la tasa máxima de alcoholemia y permanece investigado por un presunto delito de homicidio imprudente y contra la seguridad del tráfico.
Las distracciones, el consumo de alcohol y drogas antes de coger el coche -pese a las continuas campañas y a la intensificación de los controles de la Guardia Civil-, así como el exceso de velocidad, despuntan como causas principales de los siniestros que han tenido lugar en la provincia desde enero.
La Guardia Civil de Tráfico pide precaución a conductores y peatones para evitar más muertes.