Al policía nacional F. A. P., de 40 años, se le acumulan las causas judiciales. El juez de guardia de Ourense lo dejó en libertad ayer, con la única obligación de que comparezca cada 15 días. Está investigado por un delito continuado de daños -presuntamente, causó desperfectos en retrovisores y en limpiaparabrisas de una decena de vehículos estacionados en la calle-, y por un segundo delito de atentado a un agente de la autoridad, porque cuando ya estaba en la comisaría, presuntamente alcanzó con una patada a uno de los policías locales que lo detuvieron. En abril, este nacional ya había sido arrestado por empuñar una pistola en un bar y embestir, días después, una terraza. F. A. P. es un ourensano de 40 años con destino policial en A Coruña. Está de baja psicológica, suspendido de empleo y sueldo y con el arma reglamentaria retirada.

Tras pasar una noche en los calabozos de la comisaría, el agente fue puesto a disposición del magistrado de guardia ayer por la tarde. El detenido no prestó declaración en sede policial pero sí accedió a dar su versión ante el juez, aunque no se explayó. Asegura que no se acuerda de nada, o que a lo sumo tiene un recuerdo vago de algunas situaciones. Negó la agresión al compañero de la Policía Local, según las fuentes consultadas.

A la declaración no acudió el ministerio fiscal y la única petición fue de la defensa. El abogado solicitó la libertad, que fue acordada por el magistrado de Instrucción 2, Luis Doval. Además, la defensa pedirá que los especialistas del Instituto de Medicina Legal (Imelga) hagan un reconocimiento psiquiátrico al investigado, para determinar si puede ser responsable penal de los daños y el atentado, o procede alguna circunstancia eximente o atenuante de la responsabilidad penal.

Fue detenido la noche del miércoles al jueves por efectivos de la Policía Local de Ourense, tras presuntamente dañar retrovisores y limpiaparabrisas de automóviles aparcados, y un buzón exterior de una comunidad. Los municipales lo llevaron a comisaría. Fue en dependencias policiales donde el agente presuntamente soltó patadas que llegaron a alcanzar a uno de los compañeros de la Policía Local. El municipal no necesita baja, en principio, pero acudió al médico para recibir curas. En ese momento, la detención inicial por daños se amplió en las diligencias a un presunto delito de atentado. Las fuentes consultadas explican que, tras el incidente, desde la comisaría tuvieron que llamar a una ambulancia para que los profesionales calmaran al policía detenido.

Esta nueva causa judicial se une las que se suceden en los últimos meses, en los que el agente permanece de baja laboral por razones psicológicas. F. A. P. va a ser juzgado por un presunto delito contra la seguridad vial, tras negarse presuntamente a hacer la prueba de alcohol y la de drogas. También deberá rendir cuentas con la justicia por los episodios de abril.

La tarde del 14 de abril, discutió presuntamente con un camarero que le pedía que se fuese del local ya que estaba ebrio y le costaba mantener la verticalidad. El arrestado se levantó la camiseta y un agente fuera de servicio que hacía unas compras por la zona y estaba alerta vio sobresalir del pantalón la culata de una pistola (tenía el cargador vacío y un cartucho en la recámara). Presuntamente, empezó a gritar, empuñó el arma y empezó a dirigirla hacia todos lados, pero el compañero fuera de servicio consiguió reducirlo. Llevaba su placa en el bolsillo y munición. Dio positivo en alcohol. Tras este hecho, fe suspendido de empleo y sueldo y se le retiró el arma reglamentaria.

Dos semanas después, de nuevo con síntomas de haber bebido, presuntamente embistió la terraza de un bar en el barrio de A Ponte y arremetió contra los agentes de la Policía Local que le invitaron a someterse a las pruebas de alcohol y drogas, por lo que fue detenido. Según un testigo, llegó a morder a un municipal cuando le pusieron la mano en la cabeza para meterlo en el coche oficial. En los episodios de abril, como ayer, el policía nacional fue puesto en libertad en el juzgado.