José Antonio es uno de los ciudadanos que disfrutan de sus mañanas conversando en el Posío.
En su recuerdo perviven aquellos bailes que hacían del lugar una localización sagrada. "Los domingos veníamos la gente joven a bailar aquí. Ponían una orquesta y los chicos sacábamos a bailar a las chicas con paraguas para no mojarnos", cuenta rememorando estos bailes populares de invierno. "Era un lugar de referencia para la juventud, ahora está un poco abandonado".