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Un acusado de introducir drogas en la cárcel ocultas en su cuerpo alega que eran para él

Niega que quisiera traficar dentro y alega que consume por problemas familiares y psicológicos

El acusado, en un momento del juicio. // Enzo Sarmiento

Rubén L. G. llegó en bicicleta y mareado ayer a su juicio en la Audiencia Provincial de Ourense. Está acusado de intentar introducir drogas en la prisión ourensana de Pereiro, al regreso de un permiso de fin de salida, la tarde del 28 de septiembre de 2016. El fiscal sostiene que iba a venderla entre los reclusos, por lo que solicita 4 años de prisión y una multa de 4.000 euros. El encausado asegura que eran para él. La defensa solicita la absolución o, al menos, que se apliquen atenuantes de drogadicción, alcoholismo y trastorno psicológico por culpa del consumo. En su derecho a la última palabra, declaró que ha sufrido problemas familiares y depresión, por eso tomaba drogas, y que el intento de meterlas en la cárcel era para tener algo para él.

Acusado de querer introducir 35 bellotas de resina de hachís, 2,575 gramos de heroína y 3,135 gramos de cocaína, Rubén L. G. alegó ayer que llevaba consigo esa cantidad "para que le llegara" durante "tres o cuatro meses" de los seis que le quedaban en prisión.

Además, dijo que como sabía que iba a dar positivo por drogas a su llegada al centro penitenciario e iba a perder los beneficios penitenciarios de salida -debiendo permanecer en prisión hasta el cumplimiento íntegro de la condena-, decidió aprovisionarse para garantizar su autoconsumo.

Ingeridos y dentro del recto

Cuando el encausado volvió del permiso, se le hizo un cacheo y registro en el control de entrada, sin que apareciera nada. Cuando le comunicaron que sería trasladado al hospital para una prueba ecográfica con la que comprobar si ocultaba algún tipo de sustancia estupefaciente en su cuerpo, entregó a los funcionarios 20 envoltorios en forma de bellota con hachís y un preservativo con heroína y cocaína, que había introducido en el recto. En el hospital expulsó otros 15 envoltorios en forma de bellota de hachís que había ingerido. El valor de la droga, casi 2.700 euros.

La defensa pide la absolución al considerar que las cantidades de heroína y cocaína "eran muy pequeñas" y destinadas al acusado.

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