En junio de 2009 un vertido tóxico al río Barbaña mató a 17.000 peces y devastó la vegetación a lo largo de cinco kilómetros. El derrame industrial no fue contenido por la depuradora de San Cibrao das Viñas y nunca se localizó a la empresa responsable. Nueve años después, los hechos llegan al Juzgado de lo Penal número dos de Ourense. La Fiscalía solicita tres años de prisión y 27.000 euros para cada uno de los cuatro técnicos de la empresa encargada de gestionar la depuradora, Espina y Delfín S. L., así como el pago de 227.000 euros, en conjunto con la firma, para restaurar los daños.

Ecologistas se han concentrado esta mañana ante los juzgados, que acogerán la vista los próximos tres días. Juan Cid, portavoz de la plataforma Ríos Limpos exigió la reposición de las condiciones anteriores al vertido en el río. "Pedimos medidas en la depuradora y en los conductos colaterales al río Barbaña, ya que cuando vienen las crecidas el vertido vuelve de nuevo a su cauce", explicó.

La asociación Ríos Limpos, personada en la causa como acusación, demanda más medidas de control para evitar catástrofes medioambientales. En el momento del vertido, la depuradora carecía de un conductivímetro, que habría frenado la fuga, pese a que estaba obligada a tenerlo. "No puede repetirse jamás, por el bien del medio ambiente y de la ciudad", sentenció Cid.