El historiador Miguel Anxo Seixas, encargado de realizar la laudatio al grupo en el acto de entrega del Premio Trasalba, considera que el mayor hito que ha logrado Coral de Ruada, creada en 1918 por Xavier Prado Lameiro, Virxilio Fernández, Xulio Prieto Nespereira, Fabriciano Iglesias y Cesáreo Eire Santalla "fue la pervivencia", a lo largo de cien años, mediante el relevo de varias generaciones, "en un país en el que se ponen en marcha muchas iniciativas, pero solo en contadas ocasiones resisten el paso del tiempo". También reconoce el papel que desempeñan los integrantes de Coral de Ruada, como "embajadores de la cultura gallega, mediante su proyección hacia el exterior". Cada vez que viajan a otro país, "se convierten en las banderas de Galicia; las banderas de la emoción". Eso fue lo que ha ocurrido cuando actuaron en Madrid en 1920, en Sevilla y Cádiz en 1927 y cuando realizaron la gran gira americana, de tres meses de duración, en 1931.
El jurado reconoce en el acta, leída ayer por Alfonso Vázquez Monxardín, que Coral de Ruada "es un motivo de orgullo para Ourense y para toda Galicia", "al contribuir decisivamente a la creación de una identidad musical culta de raíz profundamente popular".
A pesar de los numerosos reconocimientos que ha logrado esta formación musical, el presidente de Coral de Ruada, Samuel Lago, destaca la gran importancia que tiene este premio para la sociedad, por la intensa relación que ha tenido con Ramón Otero Pedrayo. El patriarca de las letras galegas realizó el prólogo a "Así canta Galicia", publicada por Manuel de Dios; intervino con el grupo en la inauguración del Centro Galego de Ponferrada; en el Día del Árbol que realizó Coral de Ruada en Trasalba, motivado por la caída del ciprés denominado como "O Irmanciño"; en la primera fiesta del Emigrante en Avión, y en la intervención de Coral de Ruada en la primera misa en gallego que se celebró en la iglesia de Santo Cristo de la Catedral de Ourense, el 7 de enero de 1968, a cargo del canónigo Pérez Carnero, una celebración a la que asistía siempre Otero Pedrayo.
