El fiscal pide un total de 18 años de cárcel y la defensa, la libre absolución. La Audiencia Provincial de Ourense estudia ya si J. M. R. D., juzgado entre el martes y ayer a puerta cerrada, cometió delitos de tráfico de drogas, corrupción de menores y abusos a una familiar, a cambio de drogas, que tenía 16 años cuando ocurrieron los hechos. Tras la práctica de todas las pruebas, el fiscal Carlos Valenzuela mantuvo la petición inicial de prisión, más un total de 12 años de alejamiento de la menor así como una multa de 194.432 euros por el delito de tráfico de drogas y 10.000 euros en concepto de indemnización a la víctima por los daños morales que presuntamente le causó.

El abogado, Óscar Carballo, no ve acreditado la corrupción de menores y el abuso a la chica. La víctima se desdijo en el juicio y coincidió con el acusado en que solo hubo un masaje durante un encuentro en un hostal. El fiscal recordó en su informe final que en el juzgado de instrucción y en dos exploraciones sí había manifestado que el hombre se propasó con ella. El letrado sostiene que, aun en el supuesto de que hubiera pasado más, se trataría de una relación consentida. Cita los mensajes que se intercambiaron ambos y el hecho de que la menor tenía casi 17 años.

Asimismo, esgrime que no consta en el procedimiento "ningún informe ni de sanidad, ni de tratamiento médico ni sobre secuelas" que pueda acreditar que el encausado se hubiera aprovechado de una adicción de su pariente para abusar de ella a cambio de drogas.

La Fiscalía sostiene en su escrito de conclusiones que el individuo se aprovechó de la superioridad que tenía sobre ella, por ser mayor edad, y supuestamente favorecido porque la menor había fumado un porro. La defensa lo rebate. Señala que no se trata de ninguna sustancia que anule la voluntad, como pudiera ser la sumisión química con burundanga, y que no se aportó ningún informe para acreditar qué efecto puede causarle el consumo.

La vista oral quedó vista para sentencia tras dos sesiones. J. M. R. D. compareció por segundo día consecutivo bajo custodia policial, porque lleva en prisión preventiva desde octubre de 2016.

El relato recogido por el fiscal en su escrito de acusación sitúa los hechos entre el 1 de enero y el 7 de febrero de 2016. El acusado, que según la acusación se dedicaba de modo habitual a la venta y distribución de droga, especialmente marihuana y cocaína, aprovechó presuntamente la condición de "consumidora" de la menor para someterla a una "labor de persuasión" a través de conversaciones por Whatsapp. De tal modo que "acabó convenciéndola para que le enviara fotos y vídeos de contenido sexual prometiéndole a cambio proporcionarle drogas".

La menor cayó en la red y durante más de un mes envió una gran cantidad de archivos gráficos en los que posaba desnuda o en ropa interior de "elevado contenido sexual". En ocasiones, siempre según la versión del ministerio público, el acusado llegó a remitirle imágenes de mujeres desnudas para mostrarle cómo quería que fuesen las fotos. Él mismo le envió imágenes suyas a ella en las que se le veía desnudo.

El 2 de febrero, con el propósito supuestamente de entregarle la droga que le había prometido, la citó entre las 15.30 y las 18.30 horas en un hotel restaurante en el que tenía alquilada una habitación. Fue ahí donde, "aprovechándose de la superioridad que tenía sobre ella, por su mayor edad", y supuestamente favorecido porque la menor había fumado un porro, sostiene la acusación, abusó de ella.

Según esta versión, le dijo presuntamente que se quitara la ropa "y con ánimo libidinoso, le hizo diversos tocamientos por todo el cuerpo", y abusó de ella "sin contar con su consentimiento". Tras ocurrir estos hechos, el acusado supuestamente le entregó dos gramos de cocaína, marihuana y cuatro paquetes de tabaco. Por auto de fecha 20 de octubre de 2016 dictado por el Juzgado 2 de Verín, tras la denuncia, se autorizó la entrada y registro en el domicilio del investigado, en el que se encontraron diferentes cantidades de droga que suman un total de 1,8 kilos de cocaína y 0,5 gramos de cannabis.

Las sustancias incautadas tendrían un valor total de mercado de 64.810 euros. El acusado tenía también en su poder instrumentos para el pesaje de la droga y 208,5 euros procedentes de la venta de las sustancias estupefaciente .