El alcalde de San Cibrao, Manuel Pedro Fernández, agradeció el "esfuerzo presupuestario" para llevar a cabo una obra "muy importante" para el Concello y demandada por el polígono desde hace más de una década. De hecho, se mostró "convencido" de que esta infraestructura supondrá un "antes y un después" para las 350 empresas instaladas en el parque, ya que permitirá una entrada y salida de mercancías más rápida y ágil.

En la misma línea, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, había indicado en la presentación del proyecto el pasado mayo que se produciría un "salto cualitativo" en este entorno empresarial.

La vía, de nuevo trazado, transcurre por los términos municipales de Taboadela y de San Cibrao das Viñas y tiene una longitud aproximada de 4,5 km. Su comienzo será en el enlace de Gargantóns que conecta la autovía A-52, la AG-31 de Celanova y la carretera local de Rante, donde se reordenarán los accesos a través de una glorieta.

También se ejecutará una segunda glorieta al final del trazado, para conectar con la N-525, al sur del actual acceso al polígono industrial.

Para salvar el río se construirá un viaducto de más de 500 metros, que tendrá una altura considerable, dada la complicada orografía de esta zona. Asimismo, se habilitarán pasos inferiores y superiores para dar continuidad a las vías locales y caminos existentes, además de cruces a distinto nivel, con las carreteras locales, para garantizar la permeabilidad.

Reduce un 60% el recorrido

El nuevo itinerario reducirá en más del 60% el recorrido de la conexión actual con la A-52 lo que, unido a una mayor velocidad, de hasta 100 km/h, se traducirá también en una mayor reducción del tiempo necesario para recorrerlo.

Además, incrementará la seguridad viaria y mejorará la conectividad con la autovía de Celanova, favoreciendo la movilidad y los desplazamientos en toda esta zona.