Un colombiano de 64 años de edad, al que no le constaban detenciones, se enfrenta ahora a juicio por delito contra la salud pública y defraudación de fluido eléctrico. Tenía todo su piso dedicado al cultivo de plantas de marihuana, con las excepciones de la cocina y el baño. Usaba la despensa como secadero. La Policía Nacional se incautó de 140 plantas y varias bolsitas preparadas presuntamente para la venta.

La comisaría de Ourense bautizó el caso como "Operación Popeye". El grupo provincial de estupefacientes investigaba al sospechosos desde principios de mayo, en el marco de sus labores de averiguación y prevención del tráfico de drogas a pequeña y mediana escala. La detención del presunto traficante de marihuana se llevó a cabo este martes. El hombre pasó a disposición judicial ayer y quedó en libertad.

Los agentes llevaron a cabo diversos dispositivos de vigilancia y comprobaron que el sospechoso mantenía en los contadores del suministro un enganche ilegal, incurriendo en un presunto delito de defraudación de fluido eléctrico.

Luz, ventilación y secadero

La mañana del martes, el día de la detención, la Policía hizo un registro en su domicilio. Comprobó que todas las habitaciones, excepto el baño y la cocina, se destinaban al cultivo de marihuana en un laboratorio de interior diseñado para mantener el cultivo en cualquier época del año, con lámparas, ventilación, reactancias, instrumentos que facilitan mantener las condiciones adecuadas de las plantas y evitar que se detecte el olor, así como la despensa a modo de secadero.

Según la información de la comisaría provincial, en el registro se incautaron de 140 plantas de marihuana, varias bolsitas con la droga preparadas para la venta, diverso material de laboratorio y una báscula de precisión.