Un hombre de 44 años se enfrenta a una pena de 1 a 2 años de prisión, por un presunto delito de hurto o estafa, según la jueza aprecie una u otra alternativa. Presuntamente, se hizo pasar por el hijo de la dueña de una finca para vender árboles para leña.

En realidad era propiedad de una sobrina de su madre. Presuntamente, vendió la madera tras solicitar un permiso de tala a nombre de su supuesta madre. Entregó la autorización al cortador, que entre el 4 y 5 de diciembre de 2014 taló 51 robles y los transportó. El acusado cobró 600 euros. El valor de la madera alcanzaba casi 2.000 euros. Los daños en el muro perimetral, la pérdida de aprovechamiento de la finca y otros gastos rondaron los 12.500.