A falta de seis semanas para que el mayor atentado ecológico registrado en el río Barbaña y que causó la muerte de 17.000 peces llegue por fin a juicio, los vertidos siguen lastrando la recuperación medioambiental de este afluente del Miño. El último tuvo lugar el pasado fin de semana en A Veiga y Ponte Noalla, en San Cibrao das Viñas, y dada su magnitud y composición (aceite industrial), la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, CHMS, activó el lunes el protocolo de emergencia anticontaminación. A la espera de una evaluación más precisa de la afección, el organismo de cuenca avanzó ayer que la longitud de río afectado por el vertido ronda los cuatro kilómetros y que la cantidad de aceite industrial extraído del agua supera los cinco mil litros.

El origen del vertido es todavía desconocido y el organismo de cuenca sigue investigando su procedencia. El alcalde de San Cibrao, Pedro Fernández, tiene claro que el responsable es "un empresario sin escrúpulos" y confía en que las analíticas de las muestras tomadas en la zona por los agentes del Seprona arrojen luz sobre lo sucedido. Señala que la tromba de agua caída el fin de semana disparó el caudal y provocó que los aceites saliesen por los aliviaderos de A Veiga y Ponte Noalla.

Por su parte, el organismo de cuenca ha iniciado la fase de diligencias previas que, "previsiblemente", motivarán la apertura de un expediente sancionador contra los responsables del vertido. "Ojalá se pueda determinar qué empresa ha sido porque alguien tiene que pagar por los daños", señaló el alcalde Pedro Fernández.

Con todo, dada la baja densidad de la sustancia contaminante que flotaba en el agua, la CHMS procedió a colocar barreras absorbentes en distintas zonas de remanso situadas entre Ponte Noalla y la estación depuradora de San Cibrao. Esta actuación contuvo gran parte del vertido e impidió que llegase a la zona urbana de Ourense y, posteriormente, al río Miño.

De forma complementaria, operarios de la hidrográfica retiraron el material contaminante mediante el empleo de bombas y cisternas. Entre el lunes y martes extrajeron más de 5.000 litros de aceites industriales mezclados con agua que ya han sido enviados a un gestor autorizado.

Una vez concluya la retirada del material contaminante en contacto con el agua, se procederá a la retirada de los restos existentes en las riberas, que se encuentran adheridos a la vegetación y a las rocas.

La CHMS indicó ayer que la ejecución de estos trabajos hace necesaria la intervención de tres brigadas de cinco personas cada una, compuestas por personal especializado. Estos trabajadores retirarán los residuos de forma manual "y con las precauciones necesarias" para evitar la extensión de la contaminación por las propias labores de limpieza.

Los trabajos se prolongarán a lo largo de dos o tres semanas y el coste inicial de estas labores de descontaminación se estiman en 100.000 euros.

El alcalde de San Cibrao das Viñas, Pedro Fernández, confía en que las muestras analizadas faciliten pistas sobre las composición de los aceites para poder determinar qué tipo de empresas utilizan ese material y dar así con los responsables. También confirma que ni la flora ni la fauna han sufrido daños graves por este vertido.

El regidor mostró ayer su preocupación por lo sucedido ya que pone de relieve que "todavía quedan empresarios que prefieren ahorrar costes en reciclaje y verter al río".

El BNG solicita informes

Por su parte, el diputado provincial del BNG, Ramiro Rodríguez, ha solicitado a la Diputación, como parte del accionariado de Aquaourense, toda la información recabada sobre esta "nueva agresión medioambiental" al Barbaña, así como las medidas tomadas. Pide al grupo de gobierno que de traslado de los resultados de las muestras y analíticas en la próxima comisión informativa de Medio Ambiente.