La moción que reclama una batería de medidas urgentes para la Limia ante los daños ocasionados por las lluvias de los últimos meses en el sector agroganadero de la comarca fue aprobada por unanimidad por todos los grupos de la Diputación Provincial en el pleno ordinario celebrado durante la jornada de ayer.

La iniciativa socialista demanda que la corporación provincial inste a la Xunta de Galicia a realizar una evaluación técnica de los daños producidos y que se sume a la petición unánime de declaración oficial de zona de emergencia con carácter urgente.

Igualmente, reclama una reunión urgente con alcaldes y alcaldesas para analizar las posibles medidas a adoptar y que se determine la participación de la Diputación en la prestación de ayuda con medios propios con el fin de paliar los daños y el impacto de los temporales.

La diputada provincial Elvira Lama aseguró que el destrozo ocasionado por las lluvias "es monstruoso en su tamaño y en sus consecuencias para productores y agricultores, que están desesperados".

"Son muchas las familias que viven de estas plantaciones", destacó Lama antes de recordar que "están seriamente afectados los productores de cereal y patata, ya que en el caso de los cereales (centeno, maíz, trigo y avena), las lluvias estropearon cosechas por valor de 7 u 8 millones y, en el caso de las patatas, estropearon e inundaron los terrenos para sembrar".

La diputada destacó que el Concello de Xinzo de Limia aprobó por unanimidad una moción con estas mismas reclamaciones, y también destacó que "esta relación con el campo mantiene a mucha gente de la comarca residiendo en pequeñas aldeas que, de otra manera, estarían despobladas".

"No debemos olvidar que esta comarca de la provincia de Ourense es la más importante a nivel agrario de Galicia y, por lo tanto, precisa de un tratamiento específico en referrencia a la protección del sector agroganadero debido a su relevancia para las economías empresariales y familiares", destacaron los socialistas.

Esta batería de medidas servirían para paliar los daños causados en una zona que lleva tres años sufriendo las inclemencias temporales: en 2016, las lluvias fueron las protagonistas; en 2017, el problema fue la sequía; y en 2018, de nuevo fue el agua la última en golpear.