Y mientras se espera por la nueva ordenanza, las críticas y denuncias de la oposición, ciudadanos y colectivos vecinales sobre la instalación "indiscriminada" de terrazas en diferentes zonas de la ciudad se ha convertido en algo habitual. Así, recientemente, el edil de Ourense en Común, Miguel Doval, denunció la "invasión" de terrazas en calles y plazas de la ciudad con el "consentimiento" del gobierno popular.

Y se incide en lo que sucede en la denominada zona de los vinos, en el casco histórico de la ciudad, que ya cuando se debatía el proyecto del gobierno socialista se planteó, por parte del BNG, que se trataba de una "zona saturada de terrazas", y la necesidad de corregir esa situación. Pues no solo no se corrigió, sino que cada día son más que se colocan, lo que dificulta, ya no solo el paso de los peatones, y por parte de Democracia Ourensana se alertó de la imposibilidad de algunas personas de acceder cómodamente a sus viviendas y, sobre todo, la imposibilidad de paso de vehículos de emergencia.

Unas cuestiones que "le importan bien poco al gobierno", además de aludir a la previsión de lo que espera recaudar durante 2018 por la ocupación de suelo público, poco más de 140.000 euros, cuando "tenemos la ciudad plagada de terrazas", por lo que a la oposición no le salen las cuentas.