La evaluación individualizada de tercer curso de educación primaria arrancó ayer con las pruebas de matemáticas y competencias lingüísticas. Los alumnos, de 8 y 9 años, acudieron a las aulas de forma mayoritaria, con muy pocas ausencias en los centros públicos y sin apenas incidencia en los colegios privados. Desde su implantación tres cursos atrás la evaluación se ha ido normalizando.

Así lo reconocía ayer el propio presidente de FAPA-Ourense, la federación provincial que agrupa las asociaciones de madres y padres de los centros públicos, José Antonio Álvarez, que lamentaba la escasa incidencia de la última movilización contra la Lomce convocada de manera conjunta por asociaciones de padres, colectivos docentes y sindicatos. "Luchamos contra esa ley, que está en vigor y hay que cumplirla; mientras no la deroguen las exigencias siguen estando ahí y si quieren aplicarlas pueden hacerlo", señala en relación con la incorporación de los resultados de las reválidas al expediente académico del alumno.

Contrario a estas pruebas, el portavoz de los padres de alumnos se mostró especialmente "decepcionado" por la salida de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado, Ceapa, de la Subcomisión para el Pacto Educativo. José Antonio Álvarez es vocal autonómico por Galicia en la directiva de la confederación pero no coincide con la decisión de abandonar esta subcomisión de la que también se han salido varios partidos políticos. "Creo que es mejor estar ahí hasta el final porque las reivindicaciones hay que hacerlas desde dentro", señaló.