La Audiencia sentará el próximo 31 de mayo en el banquillo de los acusados a un hombre acusado de ejercer violencia física sobre sus dos hijos menores de forma habitual, maltrato y abusos sexuales a la niña. La Fiscalía pide por estos delitos un total de diez años y medio de prisión para el progenitor, así como la prohibición de que este se acerque a ellos por un período de tiempo que suma 7 años en el caso del menor y 17 en el de la niña. También solicita que se le retire la patria potestad de ambos menores.

El terrible relato de los hechos que hace la acusación en su escrito describe 15 meses de maltrato en los que el padre ejercía violencia física sobre los dos menores "prácticamente a diario". En algunos casos, la abuela de los pequeños estaba presente pero de ninguno de los episodios concretos que supuestamente sufrieron los niños existe parte de lesiones ya que, señala la fiscal, "nadie acompañó a los menores a un centro sanitario".

La defensa niega los hechos y argumenta que la denuncia que formuló la abuela materna contra el padre de los pequeños responde a una "afán de revanchismo o estrategia" de la mujer, que tiene su residencia en Portugal, para recuperar a los menores. Ella era, señala el letrado Rafael Cid, la que se hacía cargo de los niños y la que alertó de los supuestos golpes y vejaciones "cuando el padre intentó escolarizarlos aquí". Tanto en Portugal como en Galicia se abrieron expedientes en Fiscalía y en el servicio de Menores relativos a la situación de ambos niños. El acusado, que no llegó a estar detenido sino citado a declarar como investigado, negó en todo momento los hechos.

En su escrito de acusación, la fiscal señala que desde que los hijos regresaron a casa en diciembre de 2013 para reanudar la convivencia familiar, el padre desarrolló hacia ellos un "trato claramente vejatorio" con la finalidad de menoscabar su integridad física y psíquica, aunque en ninguno de los casos, precisa, "se han podido objetivar lesiones".

Los episodios supuestamente se producían en el domicilio, donde el hombre, que tiene antecedentes penales no computables en este caso a efectos de reincidencia, "prácticamente a diario ejercía violencia física sobre sus dos hijos, propinándoles golpes en cualquier parte del cuerpo". Para ello, añade la Fiscalía, llegó a utilizar en ocasiones objetos como una cuerda, un palo, una escoba o el cinturón, siendo la abuela testigo de alguno de estos episodios.

En una de esas ocasiones, prosigue el escrito, golpeó al niño con una escoba en la cabeza como castigo por no haber recogido la cocina y durante las vacaciones de Navidad pegó a la hija con una cuerda en presencia de la abuela. Tampoco de estos hechos concretos, puntualiza la acusación, hay parte de lesiones porque no los llevaron al centro de salud.

Asimismo, hasta marzo de 2015, el acusado, según la versión de la Fiscalía, durmió varias veces en la cama con sus hijos. Y "con un claro ánimo libidinoso", recoge el escrito, aprovechaba esos momentos para "realizar tocamientos en la persona de su hija".

La fiscal le atribuye un delito de abusos sexuales por el que pide 6 años de prisión, un delito de violencia habitual que añade dos años y medio a la petición de cárcel y dos delitos de maltrato en el ámbito familiar, por los que solicita un año más por cada uno.