Ourense es la segunda provincia más segura de Galicia, después de Lugo, con una tasa de criminalidad de 23,5 infracciones por cada 1.000 habitantes, veinte puntos por debajo de la media nacional. Pese a que el estado de la seguridad ciudadana presenta datos mejores que en otros territorios, la estadística más reciente del Ministerio del Interior, publicada ayer, refleja una subida de la tasa general de la delincuencia -1.891 hechos entre enero y marzo en la provincia, 21 al día, un 6% más que en 2017-, con un destacado incremento de los ataques sexuales. Los delitos contra la libertad e indemnidad sexual se multiplicaron casi por cuatro en el primer trimestre de este año: hubo 19 casos conocidos desde enero, por los 5 del mismo periodo del año anterior, lo que sitúa el aumento en un 280 %. Tres fueron agresiones sexuales con penetración (1 entre enero y marzo de 2017).

Disminuye el número de delitos de casi todos los tipos salvo los homicidios en grado de tentativa -de 0 a 1 en este primer trimestre-, así como los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria (27 hechos en 3 meses frente a los 17 del mismo periodo del año pasado, un 58,8 % más). Sin embargo, en los 90 días de comienzo de 2018, no se cometió ningún secuestro -hubo 1 en el primer trimestre del año pasado-, y se redujo la cifra de delitos de tráfico de drogas un -14,3%, con 6 hechos en 3 meses-, sustracciones de vehículos -un -10%, tras 18 hechos-, hurtos -las infracciones más frecuentes cayeron un 12,4%, con 451 hechos entre enero y marzo-, así como los distintos tipos de robos.

Cae el número de atracos

En el primer trimestre de este año se registraron en toda la provincia 93 robos con fuerza en domicilios -un 13,9% menos que en el mismo periodo del año anterior-, 137 robos en establecimientos y otras instalaciones -el tipo se redujo en un 14,9%-, así como 19 robos con violencia o intimidación, un 32,1% menos que en los mismo periodo del año pasado.

Son, sin embargo, este tipo de hechos los que están exigiendo a la Guardia Civil, la encargada de vigilar e investigar delitos en el rural. Según indicó ayer a los periodistas ayer el jefe de la Comandancia, el teniente coronel Manuel Novo, la Guardia Civil estrecha el cerco con varias líneas de investigación para resolver asaltos violentos como el atraco a tiros de una gasolinera en Ribadavia, en el que un empleado resultó herido de bala en abril.

El instituto armado también está trabajando para atajar los robos denunciados en Monterrei de decenas de injertos de viñedo, baterías de maquinaria agrícola y aperos de labranza, así como la oleada de casos con fuerza registrados en iglesias del rural, en zonas como Sandiás o Trasmiras. Desde enero se han cometido 10 delitos. La mayoría de estos casos, según Novo, son obra "del mismo autor o autores". Casi todos se saldan con robos de pequeñas cantidades de dinero de las limosnas o joyas que los fieles regalan para engalanar las imágenes, aunque también han desaparecido algún cáliz y pieza de valor patrimonial, según el teniente coronel.

El Obispado instruye a sus párrocos para que, precisamente, eviten dejar en los templos objetos de valor. La dispersión del territorio -la provincia tiene 7.200 kilómetros cuadrados de extensión y 2.600 localidades, de las que en el 90% viven menos de 100 vecinos-, se suma a la gran cantidad de templos diseminados -hay 735 parroquias sin contar las de la zona de Valdeorras, que pertenecen a la Diócesis de Astorga-, donde la comunidad no tiene fondos suficientes para proteger el acceso con puertas reforzadas o alarmas.

El caso más trágico y grave ocurrió en marzo de 2015. Dos investigados están libres y la Audiencia valora si mantiene o archiva la causa por el homicidio de Adolfo Enríquez, cura de Vilanova dos Infantes (Celanova), víctima a los 77 años, a golpes, en un robo en el que desapareció la talla del siglo XVII de la Virxe do Cristal, muy venerada por los fieles, sobre todo en la comarca. Con la amenaza del archivo provisional de la causa cada vez más cerca, la Guardia Civil tiene claro que la investigación no parará. El capitán jefe de la Policía Judicial aseguró ayer que la investigación está activa, con trabajo semanal constante, y que la Unidad de Crimen Organizado (UCO) mantiene su labor de apoyo.

Crece más en la ciudad

Prevenir e investigar delitos en la ciudad, donde reside un tercio de la población, es competencia de la Policía Nacional. Según los datos de Interior, el aumento de la delincuencia durante el primer trimestre del año fue más acusado en la capital que en el conjunto de la provincia. El total de infracciones penales subió un 7,5 %, con 935 hechos en 3 meses. La comisaría recibió denuncia por 7 delitos sexuales. También aumentaron lesiones y riñas un 30%, disminuyendo de forma significativa el resto de los delitos analizados en la estadística, incluidos robos, atracos y hurtos.