Desde el aula también se lucha contra la delincuencia. La educación de base es la primera barrera de prevención de lacras como la violencia machista, el vandalismo o los incendios forestales. Es la filosofía de trabajo de la Asociación para la Prevención y la Educación Social (Apes). El colectivo, radicado en Ourense, está integrado en la Asociación Gallega de Aprendizaje-Servicio (ApSGa), que durante dos días facilitó el encuentro en la ciudad de As Burgas de estudiantes de 2º de ESO de un centro ourensano y uno madrileño.

Veinticinco alumnos del colegio Divina Pastora, -donde Apes y la Fundación Barrié impulsan un programa para impulsar la concienciación convirtiendo a los escolares en "investigadores sociales"- participaron junto a un total de 80 estudiantes del centro Ciudad Educativa Municipal Hipatia, de Rivas Vaciamadrid. Llevaron a cabo dos acciones sociales: abordaron los distintos tipos de incendiarios, las causas y las consecuencias que conllevan estas agresiones contra el medio ambiente, y además pusieron en práctica ayer una pequeña acción de reforestación en la zona de Palmés. Los alumnos madrileños habían realizado un estudio sobre Galicia y el alcance de la ola de incendios de 2017.

Las asociaciones utilizan una metodología basada en el aprendizaje y en el servicio, que permite vincular los contenidos académicos que el alumnado aprende en el temario de sus asignaturas con acciones sociales que sirvan para mejorar problemas del entorno. "Es una manera de unir éxito educativo y compromiso social, formando a personas concienciadas con mejorar las necesidades de su comunidad".