El juez no ve razones para dejar en libertad a B. E. D., un hombre de A Estrada (Pontevedra), de 47 años, al que la Guardia Civil considera el presunto cabecilla de una red de trapicheo. El magistrado considera que existe riesgo de fuga porque su pareja es el único arraigo con Ourense, así como de reiteración delictiva. "Se dedica de forma habitual al tráfico de sustancias estupefacientes y no hay razones para pensar que no seguirá", concluye el titular de Instrucción 1, Leonardo Álvarez, que se encarga de la investigación de la bautizada como "Operación Luk".

Cuando estalló el caso, en octubre de 2016, la Guardia Civil se incautó de 8.500 dosis de cocaína, 100 dosis de hachís, tres vehículos así como útiles para la preparación de la droga. Se llevaron a cabo cuatro registros domiciliarios. La droga incautada, con una elevada pureza del 95%, lo que sugiere que la dosificación aún podría aumentar, alcanzaría un valor en el mercado de 200.000 euros. La Comandancia de Ourense consideró la operación como "muy importante" contra el menudeo.

La defensa del investigado pidió el 16 de abril la puesta en libertad. B. E. D. se encuentra en prisión preventiva desde octubre de 2016. El juez cree que los riesgos que observó tras la detención persisten.

Según detalla en un auto, contra el investigado constan intervenciones telefónicas "en las que se pone de manifiesto que de forma habitual se dedica a la venta de sustancias estupefacientes". Tras uno de los pinchazos, en los que otro investigado -M. T., un senegalés con domicilio en Celanova, de 41 años- quedó con su proveedor para que le llevara presuntamente 100 gramos de cocaína, los agentes hicieron una vigilancia. Vieron al senegalés caminando hacia el vehículo del presunto cabecilla. Los guardias aseguran que hubo un intercambio, quizá de los 100 gramos.

Otro de los indicios que cita el juez para ratificar la prisión preventiva son los viajes que B. E. D. hizo en los últimos 4 años "a países tradicionalmente vinculados a las rutas internacionales del narcotráfico". En mayo de 2013, julio de 2013, junio de 2014, julio de 2014 y enero de 2016, consta en las bases policiales su entrada en España desde Venezuela, la primera ocasión, y distintos aeropuertos de Colombia, en los cuatro viajes siguientes.

Coca en casa y al ser detenido

Además, el magistrado le atribuye la supuesta planificación de una transacción de entre 100 y 150 gramos de cocaína, con otro investigado implicado, según una escucha. "Sin olvidar el hecho de que en le momento de su detención", añade el juez, vendía presuntamente cocaína al senegalés, "como demuestra que tuviera en su poder sobre 109 gramos de cocaína". B. E. D. reconoció en su declaración judicial que se había dedicado al trapicheo, "de forma intermitente", los dos últimos años. En su domicilio se encontraron 428 gramos de cocaína. El magistrado tiene claro que la prisión preventiva es necesaria para evitar que reincida o huya.