Como auténticos "caracoles" al sol, así vivieron los ourensanos una pequeña tregua en el calendario climático, en el que la lluvia dio paso al sol, y les permitió salir de su concha durante unas horas de tregua, después de vivir el mes de marzo y abril más lluviosos de la ciudad desde el año 2000.

Una bonanza climática que se reflejó en los termómetros con máximas 20 grados en la ciudad y de ca si 21 grados en zonas como Remuiño, de Arnoia, lo que cambió en horas de la tarde las fisonomía urbana, haciendo posible que los establecimientos de hostelería volvieran a sacar a la calle sus veladores, llenos ayer en Plaza Mayor, San Lázaro, Paseo calle de los vinos. También se llenaron los paseos ribereños.

Ourense, que ha tenido unas precipitaciones acumuladas que han superado los 576 litros s por metro cuadrado solo en el mes de marzo, lo que es ya más de la mitad de las precipitaciones acumuladas en todo el año 2017 tuvo unas oscilaciones térmicas de casi 22 grados de diferencia.

Mientras en Remuíño, la "galifornia" ourensana con máximas estatales cada verano, se rozaban los 21 grados, a las 5 de la tarde de ayer, horas antes, a las 7 de la mañana el termómetro marcaba la mínima gallega -0,7 grados en Manzaneda.

El sol sin embargo que visitó por unas horas este sábado a una ciudad que lleva encapotada en gris más de un mes hizo una visita efímera pues hoy está previsto que regresen las lluvias,

De hecho las previsiones apuntan a que hoy volverá a llover, si bien se mantendrán máximas de hasta 19 grados en la provincia, propias de primavera según los meteorólogos de MeteoGalicia, se aguarda hoy y en los próximos días una alternancia de nubes y claros en la misma jornada.