La lluvia, ese bien necesario, de la que no hacen más que quejarse la mayoría de los ciudadanos, puede ser el mejor regalo, cuando uno se llama Benito Carballo, es hijo y nieto de una saga de "afiadores e "paragüeiros" -oficio símbolo de Ourense- y propietario de una de las últimas paragüerías especializadas que quedan en la provincia.

Después de un 2017 marcado por la sequía, desde hace unas semanas el emblemático establecimiento que había fundado su padre en calle Juan de Austria, al lado de la Catedral y el que hace dos décadas abrió en la calle de As Caldas, en el barrio de A Ponte, no han parado de vender paraguas. "Está claro que el paraguas es un objeto del que ni te acuerdas si no llueve; así que claro que están siendo unos meses muy buenos, hemos disparado las ventas. Soy de los pocos ourensanos a los que les encanta este tiempo. ¡Por mí, que siga lloviendo!", bromea el comerciante.

Benito Carballo es el primer "afiador y paragüeiro" sedentario de la familia. Oriundo de Eiradela, en Nogueira de Ramuín, punto mítico de partida de aquellos "afiadores" que salían a buscarse la vida con sus ruedas de afilar, hoy ya piezas de museo, por el resto de Galicia y la Meseta. "Primero empezó mi abuelo. Severino recorriendo el mundo con su rueda; luego mi padre Benito trabajó en la primera etapa como afilador y paragüero por Pontevedra y más tarde la rueda iba incorporada en motocicleta y luego acabó abriendo esta tienda del casco viejo de la que tomé el relevo", indica.

Y es que Benito es un "afiador" y "paragueiro" entre dos milenios, y uno de los últimos del oficio pues "aunque nuestras dos tiendas tienen otros productos, sigo afilando cuchillos si me lo piden y también hago reparación de paraguas".

La cuarta generación es ya su hijo, Ángel Carballo, "está al frente del negocio pero ya no se dedicará al oficio de afilado ni de reparación de paraguas". Si bien bien Benito es ya más acomodado empresario que errante paragüero. como esa saga familiar de la que enorgullece, si reconoce que recuerda de oídas algunas palabras sueltas del "barallete" aquel lenguaje propio de los "afiadores" ourensanos.

"En Ourense llegó a haber fábrica de paraguas, la de González, ahora ya no queda ninguna en la provincia. El producto chino invade el mercado", explica.

"Pero no es lo mismo, los de los chinos salen muy malos. A partir de 12 euros, ya se puede tener un paraguas de calidad y luego, según gustos, hasta 50 euros hay maravillas", explica. En vista de que las lluvias van a continuar en Ourense, para regocijo de la familia Carballo, tomen nota, si quieren saber como es el "top" de un paraguas de calidad. "El mejor paraguas ahora mismo del mercado es uno que viene con puño de madera, la vara de aluminio, las varillas de aluminio y fibra y la tela del paraguas tratada con Teflón, lo que hace que el agua resbale y no se empape". Consejo de experto.