Tras años en el olvido, el proyecto para crear un macropolígono industrial en el Val da Rabeda que impulsó en 2006 el bipartito de la Xunta regresa al debate político. En Marea presentó recientemente una pregunta en el Parlamento y ayer Democracia Ourensana trasladó al pleno provincial la urgencia de reactivar la iniciativa para atraer a la provincia grandes proyectos industriales.

El grupo liderado por Gonzalo Pérez Jácome obtuvo el respaldo de PSOE y BNG en su petición de instar a la Xunta a retomar este proyecto adaptándolo a las necesidades actuales pero no fue suficiente. El PP hizo valer su mayoría absoluta para dejar sin efecto esta propuesta y aprobar en solitario una enmienda de sustitución en la que, si bien defiende desarrollar las áreas industriales de Paderne y Taboadela tal y como vienen recogidas en el Plan Sectorial de Ordenación de Áreas Empresariais de Galicia, aprobado en 2014, vincula las nuevas actuaciones en materia de suelo empresarial a la demanda y necesidad de superficie.

El vicepresidente provincial, Rosendo Fernández, fue el encargado de rebatir la propuesta que defendió el diputado de DO, Armando Ojea. Si este expuso la necesidad de dar salida a la inversión de 10 millones de euros realizada en su momento para la compra de terrenos, Fernández calificó de "despilfarro" aquella actuación. Dijo que el Plan Territorial Integrado, PTI, Val da Rabeda, que el PP recibió cuando accedió al gobierno de la Xunta en 2009 era una "herencia envenenada", de ahí que se acordase su desestimiento. "Sabían que los terrenos estaban afectados por dos líneas de alta tensión, que estaban afectados por el trazado del AVE y que había yacimientos arqueológicos, fue un despilfarro para un proyecto sin planificación, sobredimensionado, carente de rigor e imposible de llevar a cabo", reprochó Rosendo Fernández.

Frente a los argumentos de la oposición referentes a la necesidad de suelo empresarial para reactivar la economía en la provincia, el vicepresidente recordó que entre Xestur y el Instituto Galego da Vivenda e Solo, IGVS, tienen disponibles en la provincia 200.000 metros cuadrados de suelo industrial del que las empresas "pueden disponer en cualquier momento".

A pesar de que el diputado de DO Armando Ojea dijo en su moción hacerse eco de la "inquietud existente en la Confederación de Empresarios de Ourense, que mostró su preocupación por la paralización de este proyecto", el PP mantuvo que el Val da Rabeda, que comprendía tres millones de metros cuadrados de superficie (dos de suelo empresarial y uno para vivienda protegida) pasó de ser el "proyecto estrella" del bipartito al "proyecto estrellado antes de nacer".

De esta forma, el PP rechazó la reactivación del PTI apostando por el desarrollo de los dos proyectos sectoriales en Paderne y Taboadela contemplados por la Xunta en el documento aprobado en 2014. Pero en cualquier caso, el acuerdo alcanzado a través de la enmienda deja claro que las nuevas actuaciones de suelo empresarial "estarán vinculadas a la existencia de demanda y necesidad del mismo". Esto, recalcó Rosendo Fernández, "se acreditará a través del Rexistro de Demandantes de Solo Empresarial de Galicia, como en el resto de nuevas actuaciones de suelo empresarial de la Xunta". En este sentido, indicó que el precio del suelo en Ourense es el más económico de Galicia tras reducirse el 50% y que Xestur y el IGVS "sólo actúan donde hay demanda", poniendo como ejemplo el caso de Xinzo, en el que se ejecutará una ampliación.

Carretera de San Vicente

El pleno también aprobó ayer proponer al Consello da Xunta la aprobación definitiva del proyecto de reforma integral de la carretera OU-0807 de Vilamartín de Valdeorras por la que los vecinos de San Vicente de Leira llevan 20 años esperando. También prosperó el proyecto de iluminación exterior para 13 concellos da provincia, con una inversión de 845.000 euros.