Samuel Prada León, el joven ourensano de 25 años que murió el 10 de febrero en Siria luchando contra el ISIS combatía con el nombre "Baran Galicia" (lluvia de Galicia) en honor a su tierra. Dejó la ciudad de As Burgas hace unos diez años siendo un adolescente para ir a vivir con su madre a Andorra, pero recurrió a sus raíces cuando al unirse a las milicias kurdas para luchar contra la organización yihadista tuvo que buscar un apodo de guerra.

En As Lagoas, el barrio en el que se crió con su madre y todavía reside su abuela, ha sorprendido tanto su muerte como su condición de combatiente. Todos recuerdan al pequeño que se crió en el entorno del colegio Manuel Sueiro, y coinciden en que era un niño "guapo como su madre". Pero pocos sabían de él en los últimos tiempos a pesar de que hace dos años vino a visitar a su abuela y la acompañó a la iglesia.

Según informaron los compañeros de Samuel Prada en las milicias kurdas, el "camarada Baran" se había incorporado a las Unidades de Protección Popular (YPG) el verano pasado y había combatido contra el yihadismo en Raqqa y Deir Ezzor. La muerte le llegó el pasado día 10 cuando luchaba en primera línea de fuego en el frente de Jinderise, en Afrin. En el bombardeo aéreo turco falleció también el francés Olivier François Jean Le Clainche, pero Samuel es el primer español, muerto en combate en Siria, y se ha convertido en un héroe entre los 400 extranjeros que se sumaron a las fuerzas kurdas en Siria e Irak.

Nada de esto era conocido por su entorno en Ourense, donde la noticia de su muerte ha causado gran impacto. Su familia más próxima ha rehusado hacer declaraciones mientras se esperan noticias sobre la posible repatriación del cadáver.

La Delegación del Gobierno en Galicia mantiene abierta la comunicación con el servicio de Emergencias Consulares a la espera de conocer la decisión de su madre respecto al traslado del cuerpo. No ha trascendido si será repatriado a Andorra o a la ciudad de Ourense en la que vive la mayor parte de su familia, una unidad muy numerosa dado que su madre tiene siete hermanos (seis mujeres y un varón).

Sus vecinos le recuerdan como un niño "muy guapo" y alegre que jugaba a la pelota en la calle con sus amigos. Los recuerdos son vagos porque dejó la ciudad cuando todavía era un chaval. Era hijo único y su madre, Beatriz Prada, se había ido un tiempo antes a Andorra pero Samuel se quedó con su abuela una temporada hasta que finalmente se unió a su progenitora, en el Principado andorrano.

Muchos vecinos lamentaban ayer la muerte del "nieto de Elena" y se preguntaban por qué habría querido unirse a las milicias kurdas un joven al que recuerdan como un niño más del barrio. Una de las vecinas del barrio y pariente de la abuela del fallecido mostraba su pesar por una pérdida, dijo, que ha causado un tremendo dolor en la familia: "Es una pena para todos que haya ocurrido esto", indicó.

Tras muchos años sin verle desde que se trasladó a vivir a Andorra con su madre, hace poco más de dos años esta familiar coincidió con él en la iglesia, a la que había acudido con su abuela. "Elena me dijo, mira este este el el niño de Bea, está aquí pasando unos días conmigo", rememora, "me impresionó lo grande que era, un chico guapísimo, como su madre y sus tías".

Tras fijar su residencia en Andorra, estuvo escolarizado en el colegio Sagrada Familia y en el Sant Ermengol, según publica la prensa del Principado. Su madre, Beatriz Prada, regenta el pub Corinthia, en Escaldes-Engordany. Fuentes consultadas señalaron que la noticia de la muerte en combate de Samuel Prada causó gran impacto en la madre del joven: "Con todo lo que ha pasado, no está nada bien".

El joven ourensano apodado "Baran Galicia" había llegado el 20 de enero a Afrin, diez días después del inicio de la ofensiva del Ejército turco.